El presidente Duda dice que revisará la ley a fondo antes de firmarla
Andrzej Duda, prometió que analizará “en profundidad” el texto de la ley antes de firmarla.
El Instituto de Memoria del Holocausto Yad Vashem de Israel, que guarda la memoria de mas de 6.700 polacos que durante la guerra escondieron y salvaron a unos 30.000 judíos perseguidos por los nazis, plantando a cada uno de los llamados Justos entre las Naciones un árbol, rechazó la fórmula “campos de exterminio polacos” por “injusta y falsa”, porque todo el mundo sabe que los construyeron y administraron los nazis alemanes. Pero al mismo tiempo criticó la ley debido a que “podría borrar la verdad histórica sobre la ayuda y complicidad prestadas a los alemanes por la población polaca durante la guerra”.
Es un hecho históricamente probado que durante la ocupación nazi muchos polacos denunciaban a judíos perseguidos y escondidos por afán de lucro u odio antisemita.
Llama la atención la pretensión del régimen nacionalista polaco de perseguir relatos y opiniones relativas al Holocausto y defender el buen nombre de todo el pueblo polaco como si fuera una persona. No es la primera vez que el Gobierno defiende la tesis de que quienes salvaban a los judíos sí representaban al pueblo polaco, mientras que quienes los denunciaban eran criminales pertenecientes a no se sabe qué comunidad. El propio Morawiecki dijo el sábado en Auschwitz que en Yad Vashem faltaba un “árbol especial para Polonia entera”.
Historiadores y personalidades rebaten como insostenible el afán de pintar a todo un pueblo como un ser inmaculado y noble. Asimismo llaman la atención sobre el hecho de que si bien la ley exime de responsabilidad a historiadores, sí permitirá censurar y perseguir a personas, como periodistas o maestros de escuela, que afirmen, por ejemplo, que bajo la ocupación nazi “hubo polacos que colaboraron en el exterminio y entregaron a judíos”.
Irena Sendler, la famosa polaca que sacó escondidos a cientos de niños judios del gueto de Varsovia, dijo que era “más fácil esconder un carro de combate bajo la alfombra que un niño judío en casa”.
“Esta ley evidencia la pretensión infantil de autoengaño, de que los polacos nunca hemos hecho nada malo, y que siempre los culpables son los otros. No queremos madurar”, declaró la profesora Barbara Engelking, del Centro de Investigación del Holocausto polaco.
UNA EXPERTA
“Es un autoengaño infantil decir que los polacos nunca hemos hecho nada malo”