Pasiones y refugios
Las vísperas de la sesión de investidura a celebrar por el Parlament hoy martes, día 30, han sido un buen momento para recordar las grandes dosis de pasiones exacerbadas que ha sido necesario inyectar para impulsar un procés que desde su primera versión pujolista dura ya varias décadas y para mantener a los participantes en modo entusiasta. Contradiciendo la naturaleza del entusiasmo, que es un estado emocional de corta duración, un superlativo en las dinámicas del alma difícil de prorrogar, como lo definía Stefan Zweig en La desintoxicación moral de Europa a la altura del 20 de noviembre de 1932.
La incertidumbre llevada al último instante multiplica el valor noticioso de lo improbable, de la rareza, con Carles Puigdemont aplicado a la tarea napoleónica de crear el acontecimiento para surfearlo a su favor. Vísperas donde la mayoría de la gente corre a refugiarse en la seguridad de la vida cotidiana, con sus invariables y apremiantes exigencias. Buscando obtener de la inmersión en esos quehaceres el efecto que proporcionan los ansiolíticos y verse liberada tanto de las teorías fundadas en la melancólica sabiduría de la mirada retrospectiva como de las especulaciones depresivas sobre la naturaleza y el destino del sistema social en que vive.
Admite Zweig la imposibilidad de confiar en el cambio brusco y repentino de la discordia que nos impregna. Sostiene que no existe la cura milagrosa y que, como en todo cuadro de intoxicación, sólo puede aplicarse una cura de abstinencia paulatina, hasta erradicar el hábito irracional, mientras se favorece la aparición de nuevas generaciones educadas sin odio e imbuidas del respeto a los logros comunes. Nuestro autor dice que el odio entre dos grupos humanos casi siempre es producto de una infección y que el recurso más peligroso para inocularlo es la falta pública a la verdad divulgada por los medios de comunicación. Su propuesta es una suerte de fuerza de intervención rápida periodística de composición internacional, que identifique los focos diseminadores del odio y los neutralice. Continuará.