El Ayuntamiento insiste con la funeraria pública
El gobierno sitúa el estreno de la empresa en el 2020 aunque se propone una fórmula provisional con entierros a 1.800 euros este año
El concejal de Presidencia del Ayuntamiento de Barcelona, Eloi Badia, anunció ayer que el gobierno de Ada Colau se ha fijado el año 2020 como fecha de entrada en servicio de la nueva funeraria pública que incluiría la construcción de un tanatorio con las correspondientes salas de velatorio. Los comunes quieren llevar esta cuestión a aprobación definitiva al próximo pleno, el 23 de febrero, y para ello confían en conseguir los votos de ERC, el PSC, la CUP y el concejal no adscrito Gerard Ardanuy. Antes de la entrada en funcionamiento de este servicio municipal, el gobierno, de acuerdo con el pacto que suscribió con ERC para lograr su abstención en los presupuestos de este año, ofrecerán entierros a unos 1.800 euros que incluirán la recogida del difunto, el ataúd, el traslado al cementerio y una ceremonia, pero no el velatorio ni los gastos de servicio del cementerio. Badia dijo que esta fórmula provisional puede aplicarse dentro de unos seis meses.
Inicialmente, el propósito del gobierno de Ada Colau era que la funeraria municipal estuviera funcionando en el 2019. La aprobación inicial se hizo hace más de un año y todavía hoy, a pesar del optimismo expresado por el concejal Badia, los apoyos necesarios para sacar adelante esta iniciativa no están garantizados. Sí parece seguro el apoyo de ERC, sobre todo después del acuerdo en torno a los presupuestos, pero no así el de la CUP, que como reconoció el propio Badia considera que la propuesta del gobierno se queda corta, ni el del PSC. Fuentes socialistas precisaron ayer que los exsocios de BComú están de acuerdo con la idea de abaratar el precio de los servicios funerarios, pero aducen que hay muchas discrepancias todavía por resolver, como la de asegurar que la incorporación al mercado de una nueva funeraria que competirá con los operadores privados no pondrá en peligro puestos de trabajo y la de garantizar plenamente que el servicio no acabará costando dinero al contribuyente.
Para realizar los entierros por debajo del precio de mercado antes de disponer de la nueva empresa funeraria municipal, el gobierno ha pensado utilizar los oratorios de los cementerios de la ciudad (Montjuïc, Poblenou, Les Corts, Sarrià-Sant Gervasi, Sants y Sant Andreu) que son de titularidad pública. Esos oratorios, debidamente acondicionados, servirían para hacer la ceremonia y actuarían como improvisadas salas de velatorio, eso sí por un tiempo muy limitado, entre las dos y las cuatro horas como máximo. Eloi Badia fijó este precio reducido en 1.800 euros, mucho más barato, según él, de los 5.000 que se están pagando de media en los servicios que prestan los operadores privados. No obstante, estos mantienen que ofrecen tarifas muy similares a la que estaría dispuesto a cobrar el Ayuntamiento y que también hay que tener en cuenta que en un porcentaje muy alto los servicios funerarios están cubiertos por las cuotas que muchos ciudadanos pagan a las compañías aseguradoras.
El gobierno municipal ya ha tenido que retirar dos veces del orden del día del pleno la aprobación de la funeraria del Ayuntamiento ante la falta de apoyos para tener una mayoría. Ahora anuncia una tercera tentativa para el mes de febrero, aunque Badia, curándose en salud, no descartó ayer que tenga que aplazarse hasta el pleno de marzo.
Una de las cuestiones que han planeado desde el comienzo sobre la iniciativa del gobierno Colau es el de número de salas de vela que debería ofrecer el tanatorio del Ayuntamiento, que este quiere construir junto al cementerio de Montjuïc. Las seis previstas inicialmente son consideradas insuficientes por algunos grupos de la oposición porque consideran que este bajo número apenas tendría incidencia en el mercado. Ayer, Badia no descartó llegar hasta la veintena ni tampoco la posibilidad de que el Ayuntamiento pueda alquilar salas de tanatorios privados. Los operadores privados ya han advertido que la propuesta anunciada por Eloi Badia carece de concreción y que el proyecto del Ayuntamiento podría incurrir en competencia desleal.
BComú confía en el apoyo, aún no garantizado, de ERC, el PSC y la CUP en el pleno de febrero