Giuseppe Sala
El Gobierno recurre ante la UE pero Bruselas avisa que la decisión está tomada
ALCALDE DE MILÁN
El alcalde de Milán, Giuseppe Sala, tiene mal perder y ha sido el principal instigador de un recurso para tratar de arrebatar a Amsterdam la sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), arrastrando al Gobierno italiano.
En Italia no sentó nada bien que la elección de la futura sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) se resolviera por sorteo después de un empate a votos entre Milán, que partía como favorita, y Amsterdam. Por eso, ante la noticia de que la capital holandesa no tendrá listo el nuevo edificio para albergar la agencia hasta meses después del Brexit, las autoridades italianas han vuelto a sacar toda la artillería para pedir a la Unión Europea que reconsidere su decisión.
Tras valorar posibles iniciativas, al final el Gobierno de Paolo Gentiloni ha optado por interponer un recurso ante el Tribunal de Justicia de la UE alegando que cuando se adjudicó el nuevo hogar de la EMA faltaba información sobre la candidatura de Amsterdam. Lo hizo a destiempo: el plazo para recurrir la decisión vencía hoy, dos meses y diez días después de que el Consejo Europeo designase la sede, que se disputaban 19 ciudades, entre ellas la de Barcelona. Milán va tan en serio que su Ayuntamiento presentó otro recurso paralelo al del Gobierno por verse “directamente afectado” por la decisión.
“Seamos sinceros, las posibilidades de una reasignación de la sede en Milán no son altísimas, pero debemos intentarlo”, dijo el alcalde de Milán, Giuseppe Sala, principal instigador de la lucha. “He llamado a Gentiloni –declaró– y le he dicho que es el momento de ser agresivos, hagámoslo hasta el final”, declaró.
El principal argumento de Italia es que la capital lombarda se encuentra en disposición de garantizar los plazos previstos del traslado, que debería efectuarse antes del primer día efectivo de la salida del Reino Unido de la UE, es decir, el 30 de marzo del 2019. Ofrece el rascacielos Pirellone, un símbolo de la ciudad, en un plazo máximo de dos meses. Por el contrario, el director de la EMA, el también italiano Guido Rasi, explicó el lunes que el nuevo edificio que debe cobijar a la institución en Amsterdam no estará preparado hasta el 2020, y tendrán que alojarse en una sede temporal durante algunos meses. La EMA ocupará el edificio Spark, en el oeste de la ciudad, hasta que se complete un nuevo complejo, en la parte sur de Amsterdam, con un coste de entre 250 y 300 millones de euros.
Si trasladar a cerca de 3.000 trabajadores ya es el mayor reto al que se ha enfrentado la institución, una doble transición, afirma Rasi, aumenta la complejidad del proceso y encarece la operación. “No es una solución óptima”, afirmó el director de la EMA. No gusta la propuesta de alojamiento temporal en el que tendrán la mitad de espacio del disponible en Londres, aunque la EMA lleve semanas pactando los entresijos de esta mudanza con las autoridades holandesas.
“Es singular y escandaloso que Amsterdam no esté preparada para respetarlos términos del acuerdo y el compromiso que ha tomado”, reaccionó la ministra de Sanidad italiana, Beatrice Lorenzin. Su homólogo holandés, Bruno Bruins, respondió que la decisión fue “justa y honesta” y que Holanda está haciendo lo posible para asegurar la continuidad operativa de la EMA.
El lamento de Roma choca con las reticencias de Bruselas, que no está por la labor de volver a abrir este cajón. La asignación de la nueva sede fue llevada a cabo por “los 27 estados miembro”, comentó el portavoz
Protesta porque Amsterdam no tendrá listo el edificio antes del 30 de marzo del 2019, el día del Brexit
de la Comisión Europea, Margaritis Schinas. “Y no tenemos nada más que añadir”, dijo.
Más cauto se mostró el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, que sonaba como candidato de la derecha italiana para las elecciones del 4 de marzo. “Estoy seguro de que, como siempre, el Europarlamento tutelará los intereses de los ciudadanos europeos”, declaró.
En el hipotético caso de que el Parlamento no estuviese de acuerdo con el Consejo Europeo sobre la sede, entonces se abriría una discusión entre las dos instituciones. Algo muy complicado, que los comentaristas políticos italianos juzgan como un movimiento electoralista más que un esfuerzo realista.