El fiasco de la investidura ahonda la desconfianza entre JxCat y ERC
Puigdemont llama a la unidad después del duro cruce de reproches entre los socios
Después de lo visto, y sobre todo oído, ayer en los pasillos del Parlament, la confianza entre Junts per Catalunya (JxCat) y ERC, que ya no andaba sobrada desde el 21-D, ha sufrido un revés que, cuando menos de momento, parece difícil de reconducir. Tanto es así que en JxCat no se duda en acusar directamente a ERC de hacer el juego al Gobierno español y querer prescindir de Carles Puigdemont y en señalarla como la máxima responsable de que su elección no se acabe produciendo. “Ha sido una puñalada”, denunciaban en privado medios de JxCat después de conocer la decisión del presidente del Parlament, Roger Torrent, de aplazar la sesión de investidura. “Tal como era previsible (la puñalada)”, lamentaban.
El caso es que la situación deja al descubierto la división interna existente dentro del bloque independentista acerca de la reelección de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat, que se ha ido fraguando desde el momento
mismo en que se conoció el resultado de las elecciones y que al final ha estallado en su máxima expresión. Una división que demuestra, además, la extrema complejidad en que se mueve el mundo independentista, porque mientras la CUP tomaba partido en la polémica y lo hacía, dentro de su lógica, en contra del proceder del presidente del Parlament y se alineaba, por tanto, con JxCat, una dirigente del PDECat, Maria Senserrich, por ejemplo, no lo hacía con JxCat, sino con Roger Torrent, al considerar “correcto, dadas las circunstancias”, el aplazamiento.
En este escenario de gestión difícil, no es de extrañar que los comentarios en voz baja echasen chispas –“ERC tiene tomada la decisión de apartar a Carles Puigdemont y ha empezado a ejecutarla”, censuraban los mismos medios de JxCat– y que en público las declaraciones, aunque fuesen más comedidas, no les andaban a la zaga. ERC, en este sentido, celebraba que el aplazamiento del pleno había evitado que la investidura fuera un “fuego de artificio” y lo enmarcaba en la necesidad de “gabre
rantizar una investidura eficiente y eficaz”, según la valoración de su portavoz, Sergi Sabrià, que lógicamente cerró filas con el presidente del Parlament y reprochó al candidato de JxCat que el día anterior le hubiera pedido amparo “sin previo aviso”. “El aplazamiento es para facilitar todas las garantías que él mismo solicitó por carta”, remachó, en una muestra evidente de que la petición de amparo formulada el lunes, que trasladaba toda la presión sobre Roger Torrent,
había sentado como una patada en la boca del estómago y había sido determinante para el desenlace de los acontecimientos de ayer. ERC, de hecho, estaba molesta con JxCat porque, a su entender, había incumplido los acuerdos a que habían llegado para facilitar la investidura –el envío con antelación del discurso del candidato y del guión del pleno– y hablaba de “unilateralidad” por parte de Carles Puigdemont.
El mismo sustantivo –“unilateralidad”– que desde JxCat se utilizaba para calificar la actuación del presidente del Parlament, al que pidieron todo el día que diera marcha atrás, y máxime después de que el Tribunal Constitucional (TC) rechazara sus alegaciones, aunque sin éxito. “La decisión no ha sido consultada ni comunicada previamente a los representantes de JxCat”, se quejó la candidatura del 130.º presidente de la Generalitat, y a partir de aquí se abrió un cruce de acusaciones entre las dos partes sobre si Roger Torrent había llamado cuatro o cinco veces por teléfono a Carles Puigdemont y este no le había respondido y so- si este no había recibido ninguna llamada. Acusaciones y reproches que no hicieron más que enrarecer el ambiente dentro del bloque independentista, con gestos en los que unos y otros quisieron ver segundas intenciones. Como el de los diputados de la CUP de ocupar simbólicamente sus escaños, puño en alto, a la hora del inicio del pleno –JxCat también quería hacerlo, pero al final desistió– o el de los representantes de JxCat, ERC y CUP de salir a saludar, por separado, a los concentrados en las inmediaciones del Parlament, con suerte desigual, eso sí (a los miembros de ERC les silbaron los oídos con los reproches de los manifestantes).
Y en la polémica se vio también inmerso el PDECat –el partido que se presentó al 21-D dentro de JxCat– a raíz de la difusión del comentario de una integrante de la dirección ejecutiva, Maria Senserrich –que además concurrió a las elecciones como candidata en la lista de Barcelona–, comprensivo con la resolución del presidente del Parlament y que obligó a la propia coordinadora general de la formación, Marta Pascal, a intervenir. “El PDECat está y estará siempre al lado del presidente Puigdemont”, precisó ante la interpretación dada a las palabras de la que la pasada legislatura fue diputada de Junts pel Sí (JxSí).
Después de la jornada de reproches, fue el mismo Carles Puigdemont quien, a última hora, acabó dando a su conocer su posición a través de un vídeo difundido por las redes sociales. Y lo hizo con un llamamiento a la unidad del independentismo que contrastaba con el desarrollo que había tenido el día. “Ha llegado el momento de que la mayoría social y política del independentismo dé una respuesta unitaria y coordinada a este nuevo ataque para abordar la etapa de despliegue del mandato del 1-O y del 21-D”, argumentó, convencido de que “lo que nos ha llevado hasta aquí ha sido la unidad, y no la podemos perder”, porque “es lo que sueñan los que nos quieren en la prisión y en el exilio por muchos años”.
El llamamiento a la unidad no escondió, de todos modos, su enfado con el aplazamiento de la sesión de investidura, que “lamentablemente no se ha celebrado”, aunque aseguró que la decisión de Roger Torrent “la tenemos que aceptar”. Un reconocimiento que no fue obstáculo, no obstante, para que el candidato de JxCat le dirigiera una invectiva envenenada –“pensar que se levantará el 155 cumpliendo como alumnos aventajados la doctrina del 155 es de una gran falta de realismo”–, que pone de relieve que la recomposición de las cosas, si es que aún es posible, lo será todo menos fácil.
LA CRÍTICA... “Ha sido una puñalada..., tal como era previsible”, se lamenta en tono acusatorio JxCat
...Y LA RÉPLICA ERC se siente molesta por la “unilateralidad” con que entiende que actúa Puigdemont
MENSAJE DEL EXPRESIDENT “Creer que se levantará el 155 cumpliendo como alumnos aventajados es falta de realismo”
OPINIÓN PROPIA Una dirigente del PDECat se desmarca y considera acertada la decisión de Torrent