Los exconsellers que dejaron el Govern dicen que no compartían “la deriva”
Jordi Jané, Neus Munté y Meritxell Ruiz declaran ante Llarena como testigos
Tres consellers de la Generalitt que dejaron el Govern el pasado mes de julio –Jordi Jané, Neus Munté y Meritxell Ruiz–prestaron ayer declaración como testigos ante el juez del Tribunal Supremo (TS) Pablo Llarena, que instruye el proceso por supuesto delito de rebelión en relación con el referéndum del 1-O y la declaración unilateral de independencia (DUI). Ninguno de ellos realizó manifestaciones públicas tras su comparecencia, pero diversas fuentes presentes en las declaraciones coinciden en afirmar que los tres explicaron su salida como un paso motivado en buena medida por la posibilidad de que el conflicto político con el Estado evolucionara en términos de mayor tensión y enfrentamiento. El letrado de la acción popular, ejercida por Vox, Javier Ortega, lo sintetizó afirmando que los comparecientes prefirieron alejarse de “la deriva” que estaba tomando el proceso soberanista.
Evidentemente, la comparecencia de testigos que lo son por haber pertenecido al Govern tiene un especial interés para la elaboración del relato que el juez instructor debe llevar a cabo sobre los acontecimientos que culminaron con el 1-O y la DUI. Por eso les citó. Pero tiene también un gran interés para las acusaciones, en la medida en que pudieran afianzar la idea de que los consellers que ya en julio del 2017 salieron del Ejecutivo catalán lo hicieron ante la perspectiva de que proceso derivara en la comisión de actos ilegales. Llarena tendrá que valorar si lo oído ayer confirma o no estas tesis, pero lo cierto es que los comparecientes insistieron mucho en su creencia de que, fuese cual fuera el grado de tensión que alcanzara el conflicto de las instituciones catalanas con el Estado, al final sería posible cerrar algún acuerdo, incluso para la celebración de un referéndum pactado.
Lo que los tres afirmaron que no querían era participar en algún tipo de iniciativas que pudieran derivar o llevar a la comisión de actos ilegales. De ahí que la acción popular, y de hecho también la Fiscalía, extrajeran ayer la conclusión de que los declarantes sí vieron como posible que hubiera una progresiva inclinación hacia un pulso con el Estado que pudiese culminar con actos contrarios a la Constitución y las leyes. Las fuentes consultadas describen las tres versiones dadas por los exconsellers con diversos matices, pero con el común denominador de no descartar que la evolución de los acontecimientos pudiese desembocar en actuaciones unilaterales, que lógicamente iban a suponer un elevado grado de confrontación política con el Gobierno y, en general, con las instituciones del Estado.
Los comparecientes, en suma, quisieron dejar claro que si se produjo su salida del Govern no fue, por tanto, porque estuvieran dispuestos a participar en iniciativas unilaterales ni a secundar planteamientos que entrañaran incumplir mandatos legales. Pero al propio tiempo tampoco quisieron que sus manifestaciones se interpretaran como una acusación implícita o indirecta para sus antiguos compañeros en el Govern. En este sentido, los citados exconsellers coincidieron en considerar que cuantos permanecieron o se incorporaron al Govern con motivo de su salida, también participaban de la convicción de que el conflicto planteado abocaría a algún tipo de acuerdo, no a un referéndum declarado ilegal por el Tribunal Constitucional (TC) y a una declaración unilateral de independencia, por un lado, ni a un proceso penal por el supuesto delito de rebelión y a la intervención de la autonomía de Catalunya en aplicación del artículo 155 de la Constitución, por el otro.
Junto a todo ello, los declarantes abundaron en la explicación de sus respectivas razones personales para alejarse de sus responsabilidades políticas en el momento que lo hicieron. Tanto Jordi
Los tres ex altos cargos dicen que siempre creyeron que el conflicto acabaría con algún tipo de acuerdo
Los comparecientes apelaron también a razones “personales” para explicar sus respectivas salidas
Jané como Neus Munté y Meritxell Ruiz explicaron el paso dado a modo de concurso de voluntades, tras entrevistarse con el entonces president de la Generalitat, Carles Puigdemont. Y dejaron en cierto grado de ambigüedad si fue Puigdemont quien, al conocer con detalle sus puntos de vista, quiso facilitar su salida del Govern, o si fueron ellos quienes, oído el hoy cesado president de la Generalitat, y ante le evolución de los acontecimientos, llegaron motu propio a la irreversible conclusión de que su ausencia del Ejecutivo catalán era la mejor opción que podían tomar.
El cansancio personal, el cumplimiento de una etapa, la necesidad de prestar más atención a la familia en general y a los hijos en particular, fueron también argumentos empleados para explicar la decisión tomada por cada uno de ellos. Para la acción popular y la Fiscalía, la conclusión fue que las declaraciones confirman que los exconsellers vieron agudizarse el conflicto y, dado que no querían incurrir en responsabilidades, actuaron en consecuencia.