Vecinos del Fòrum exigen el cierre de la incineradora
Las entidades también reclaman al Ayuntamiento que encargue un estudio sobre los orígenes de las dioxinas
Las numerosas entidades vecinales de Barcelona, Badalona y Sant Adrià de Besòs agrupadas en la plataforma AireNet pidieron ayer el cierre de la incineradora. Varios representantes de esta plataforma se reunieron ayer con el concejal de Presidencia, Agua y Energía, y además vicepresidente de Medio Ambiente del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), el común Eloi Badia, y también con el comisionado municipal de Ecología Frederic Ximeno.
Silvina Frucella y Enric Navarro señalaron a la infraestructura ubicada en el término de Sant Adrià de Besòs, en buena parte en manos de la AMB y de la empresa del Consistorio Barcelona Serveis Municipals, como uno de los posibles responsables de los problemas de contaminación que presenta este punto del área metropolitana. La preocupación vecinal en torno a la calidad del aire que respiran, que se desencadenó hace pocos años ante la proliferación de malos olores, se multiplicó de manera reciente tras conocerse los resultados sobre la presencia de dioxinas en la zona. Se trata de sustancias catalogadas como cancerígenas.
Según este estudio, elaborado por un equipo dirigido por el profesor José Luis Domingo, del Laboratorio de Toxicología de la Universitat Rovira i Virgili (URV), publicado en la revista Science of the Total Environment, el nivel de dioxinas presentes en el suelo del entorno de Sant Adrià se redujo durante los últimos años, pero en cambio aumentaron las concentraciones en el aire. Los habitantes de la zona “sufren un alto riesgo de contraer cáncer”: una probabilidad 2,3 veces superior al umbral de exposición que se considera admisible. Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona, sin embargo, quisieron destacar ayer que la mortalidad por cáncer en la zona no es anormal.
“Vimos al concejal Badia muy preocupado por este problema –declararon los portavoces de la plataforma ciudadana al término de la reunión, que se prolongó durante algo más de una hora–, y nos aseguró que el Ayuntamiento encargará realizar un estudio sobre la salud de los vecinos del entorno, que se lo encargará a la Agència de Salut Pública de Barcelona. Se lo
Numerosas entidades ciudadanas piden al Ayuntamiento estudios sobre la contaminación
agradecemos. Nos parece una medida muy importante, pero también insuficiente. Estamos satisfechos a medias. Queremos que las instituciones también lleven a cabo estudios sobre los orígenes de las dioxinas, y no únicamente sobre su incidencia. Exigimos que se lleven a cabo análisis que no se refieran a un único momento, sino que se remonten a varios años atrás. De lo contrario, si no buscamos las causas, no podremos afrontar el problema. Los políticos deberían estar mucho más atentos al funcionamiento de esta infraestructura. En cualquier caso, nosotros nos estamos preparando para llevar todo este asunto a la Fiscalía de Medio Ambiente”. Y es que los vecinos desconfían sobre todo de la incineradora, pero no por ello dejan de mirar de reojo al resto de las infraestructuras de la zona. Numerosos ciudadanos acudieron anoche a una sesión informativa organizada por el Ayuntamiento, y muchos de ellos mostraron pancartas de protesta.
Durante muchos años la frontera entre Barcelona y Sant Adrià de Besòs fue conocida como el cuarto trastero del área metropolitana. Aquí históricamente se instalaron las infraestructuras más incómodas, aquellas que nadie querría nunca tener cerca de su casa. Pero la transformación urbanística que supuso la celebración del Fòrum de les Cultures multiplicó el atractivo de los estertores de Barcelona. Nacieron barrios enteros, se levantaron hoteles y grandes edificios de oficinas, se abrieron facultades... Y muchos de los nuevos vecinos de la zona comenzaron a preocuparse por aquellos malos olores que de tanto en tanto invadían su vida cotidiana, a preguntarse por la calidad del aire que respiran.