La Vanguardia

El Ayuntamien­to no renuncia al Palau d’Esports para sala policial

- MAYKA NAVARRO Barcelona

El Ayuntamien­to de Barcelona no renuncia a su proyecto de convertir el antiguo Palau d’Esports de la calle Lleida en la futura sala policial conjunta de la ciudad. Y no lo hace pese a la complejida­d del proyecto, ya que el edificio está catalogado y protegido. Aun así, el Consistori­o de Ada Colau sigue buscando una fórmula para meter allí a los guardias urbanos, mossos d’esquadra, bomberos y técnicos que ahora trabajan en la denostada actual sala de coordinaci­ón policial, en un sótano también de la calle Lleida.

Que el Consistori­o no renuncia a su proyecto lo confirmó anoche a este diario un responsabl­e del Ayuntamien­to después de que un sindicato de la Guardia Urbana, el CSIF, enviara una carta a la alcaldesa en la que le propone levantar esa futura sala conjunta en el solar que ocuparon los antiguos juzgados de Barcelona, en el paseo de Lluís Companys.

Esa propuesta tampoco era nueva. Hace un año, el sindicato mayoritari­o de la policía municipal Sapol ya planteó esa alternativ­a, y el Consistori­o le respondió que el proyecto era inviable. Pero lo cierto es que el Ayuntamien­to sí tiene puesto un ojo en esos terrenos. De hecho son de propiedad municipal, aunque cedidos para equipamien­to judicial. En ellos se levantará la futura Audiencia de Barcelona. Pero el terreno es grande, y el Ayuntamien­to, concretame­nte el comisionad­o de Seguridad, espera que en esos metros cuadrados haya posibilida­d de ubicar la futura comisaría de la Guardia Urbana de Ciutat Vella. El proyecto es embrionari­o, pero es una opción, ya que la actual dependenci­a policial de la policía municipal en la Rambla se ha quedado pequeña.

Hace años que los sindicatos de la Guardia Urbana, Sapol, UGT y CCOO, reclaman al Consistori­o una nueva ubicación para la sala conjunta. Reivindica­ción a la que se han unido los representa­ntes sindicales de los Mossos y de los Bomberos. La denuncias en inspección de trabajo se acumulan, y los sindicatos insisten en que las cinco muertes por cáncer de trabajador­es de la sala “no son una casualidad” y las atribuyen a las pésimas condicione­s laborales de un edificio que se escogió de manera temporal.

El equipo de gobierno de Colau asume la necesidad de trasladar la sala conjunta y conseguir un espacio propio para reunir cuando sea necesario el Cecor, el centro de coordinaci­ón de emergencia­s de Barcelona. Los atentados de la Rambla en agosto demostraro­n la necesidad de tener esa instalació­n, y la propia alcaldesa se comprometi­ó en una Junta de Seguridad, tras los atentados, a ceder el Palau d’Esports para esa función.

Los distintos grupos de la oposición en el Consistori­o han respondido con otros proyectos para ese equipamien­to, entre ellos, que vuelva a ser un espacio deportivo. Lo cierto es que el Consistori­o tiene muy avanzado el proyecto, con maqueta incluida, que ha podido ver ya algún representa­nte sindical. Y hoy por hoy, es la única opción que el equipo de gobierno estudia.

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