Bibliotecas de artista
La exposición de Arts Santa Mònica se expande a la Escuela Elisava y el Ateneu
Iñaki Bonillas imagina una biblioteca de hombres calvos formada por libros de pensadores de mente despejada (Bertrand Russell, Baudelaire, John Berger...); en la de Enric Farrés Duran, los volúmenes están colocados al revés, para que no puedan ser identificados a primera vista; Javier Peñafiel acomoda sus libros de cabecera en un pequeño trineo, y en su biblioteca en blanco Antònia del Río rinde homenaje a los libros expurgados, retirados de circulación y desaparecidos de la historia.
Estas son algunas de las instalaciones reunidas por Glòria Picazo en Bibliotecas insólitas, una exposición colectiva que llega a Arts Santa Mònica tras su presentación en La Casa Encendida de Madrid. Ambos son coproductores de una muestra que pone el foco en los libros de artista o ediciones especiales que forman parte de los proyectos de los artistas, con una sección histórica, la Sala de Reserva, donde pueden contemplarse ediciones pioneras de Ed Ruscha, Lawrence Weiner, Sol LeWitt, Valcárcel Medina o Eugènia Balcells que hoy forman parte de los fondos de grandes museos.
La exposición acoge asimismo trabajos de Ignasi Aballí, Fernando Bryce, Dora García, Oriol Vilanova o Clara Boj y Diego Díaz que remiten a la idea de una biblioteca infinita donde hasta nuestras propias biografías están en la nube. No acaba aquí. La muestra se expande a la Escuela Elisava y el Ateneu Barcelonès, con intervenciones de Francesc Ruiz y Enric Farrés: el primero ha cambiado las cubiertas de los libros por fotografías de plantas de interior, mientras que el segundo escamotea los títulos mediante un proceso de girado.