Derbi barcelonés
Espanyol y Barça tratan de rebajar la temperatura del encuentro de mañana
En el partido de mañana entre el RCD Espanyol y el FC Barcelona en el estadio blanquiazul muchos ojos estarán pendientes de la grada, después de los insultos que se produjeron en ambos campos en los enfrentamientos de la Copa, que han creado un clima de alta tensión entre las dos aficiones.
Hacia las 14 horas de hoy Quique Sánchez Flores y Ernesto Valverde se encontrarán en Cornellà para la tradicional fotografía de los entrenadores del Espanyol y el Barça previa a un derbi liguero. Como si nada hubiera pasado y transmitiendo normalidad y camaradería, al igual que hicieron en la primera vuelta. Pero el de mañana en el estadio blanquiazul será un partido en el que muchos ojos estarán pendientes de la grada. En los enfrentamientos de la Copa se produjeron insultos en ambos campos y se creó un clima que amenaza con exceder la pasión y la rivalidad, con declaraciones de Piqué y Busquets que sentaron mal en el Espanyol, aperturas de expedientes, informes, y la denuncia del conjunto blanquiazul. El partido ha sido catalogado de alto riesgo.
Despliegue policial. Al tratarse de un encuentro de esta catalogación los Mossos extremarán la atención con 140 antidisturbios, 30 furgonetas y policías de paisano. También habrá agentes de seguridad ciudadana, según informa Toni Muñoz. Estarán muy pendientes de si intentan entrar en el recinto seguidores radicales del Barça.
Llamamiento a la distensión. Después de que el Espanyol decidiera denunciar a Piqué y Busquets la pasada semana por sus palabras tras el partido de vuelta en la Copa en el Camp Nou el clima se enrareció todavía más. En cambio, en los últimos días los clubs se esfuerzan, al menos públicamente, en rebajar la temperatura. Ayer lo hizo por parte blaugrana su portavoz, Josep Vives. “No hemos de contribuir ni a la tensión ni a la hipertensión. Es un tema de responsabilidad dentro de una sana rivalidad”, señaló Vives. El día anterior el vicepresidente blanquiazul Carlos García Pont afirmó que “todas las directivas tenemos la obligación de contribuir a aplacar los comportamientos que incrementan la tensión”. También la federación de peñas del Espanyol elaboró un manifiesto pidiendo un derbi “en paz y blanquiazul”.
Esta voluntad de tregua no quita que cada uno vaya a actuar en función de sus intereses. En ese sentido Vives afirmó que ni Piqué ni Busquets habían incitado a la violencia y que los defenderán con alegaciones tras la apertura de un expediente a los dos jugadores por parte del juez único del Comité de Competición. El portavoz blaugrana justificó que el Barça, al contrario del Espanyol, no denunciara los insultos de una parte de la grada de Cornellà en la ida de la Copa porque “ya existen mecanismos sancionadores por parte de la Liga y la Federación”.
Organismos sancionadores. En cada partido hay un informador de la Liga de Fútbol Profesional que elabora un texto sobre las incidencias acaecidas. Este informe se remite a continuación al Comité de Competición de la Federación Española, que es el encargado de resolver el caso. Por otro lado está la Comisión Antiviolencia, que hace propuestas de sanción pero que necesita la identificación de las personas. No puede por ejemplo juzgar a una grada entera o a un sector de un estadio. En ese sentido Antiviolencia se ha quejado en ocasiones de que los Mossos no les han remitido el pertinente informe policial con la identificación de los agresores y sin eso no pueden proponer sanciones más duras. Efectivamente la Generalitat ostenta la competencia en materia de seguridad en los estadios, en concreto a través de la direcció general de Administració de Seguretat.
Sanciones baratas. En el caso de los insultos hay distintos tipos de sanción en el código disciplinario de la Federación para los clubs. Como por ejemplo el artículo 107, donde en función de la gradación, se estipulan multas de 6.001 a 18.000 euros o de 500 a 6.000. También están previstas inhabilitaciones y cierres parciales o totales de los estadios, circunstancia que casi nunca se produce. Además, muchas de las sanciones económicas que se imponen acaban siendo anuladas, o por el tribunal administrativo o, sobre todo, por la vía del contencioso administrativo. Por eso la Federación planteó el pasado noviembre introducir un nuevo artículo titulado “Actos y conductas contrarias a la tolerancia y el respeto”. La idea es que haya más mano dura contra los insultos. La sensación general es que el vandalismo sale demasiado barato, como se demostró con el ridículo castigo al Betis de 300 euros por el lanzamiento de cuatro mecheros en el partido ante el Barcelona.
El precedente de Shakira. Gerard Piqué ha sido blanco de insultos en los últimos años en el estadio de Cornellà y el futbolista nunca ha perdido ocasión para replicar cuando lo ha creído oportuno. El episodio más recordado se vivió en el partido de Copa de enero del 2016, cuando se desplegaron diversas pancartas en el estadio blanquiazul. En una de ellas se podía leer “Shakira es de todos”. Antiviolencia propuso una sanción inicial de 4.000 euros y, tres meses después, trascendió que la Federación Española había impuesto al club blanquiazul dos multas que sumaban en total 24.002 euros.
Falta de contundencia de los clubs.
Cuando se producen altercados los equipos suelen hacer declaraciones sobre tolerancia cero y la erradicación de la violencia (ayer Vives se refirió a que el resto del Camp Nou no sigue la corriente a los radicales en sus improperios) pero tanto en el estadio barcelonista como en Cornellà se sigue permitiendo la entrada a ultras que faltan al respeto, como se demostró también el pasado jueves en el Barça-Valencia. Esos insultos la Liga también ha pedido que se investiguen.