JxCat y ERC buscan la fórmula para la investidura
Las dos partes vuelven a negociar a pesar de los recelos
Después de una semana marcada por el fiasco de la reelección de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat, representantes de Junts per Catalunya (JxCat) y ERC siguen buscando fórmulas para hacer factible la investidura. Una fórmula que permita a todas las partes salir airosas del callejón sin salida en que parece haberse instalado el bloque independentista, pero que de momento unos y otros no acaban de concretar.
En principio estaba todo listo para que la investidura saliera adelante el pasado martes, pero la desconfianza entre los protagonistas obligó al presidente del Parlament, Roger Torrent, a aplazarla y abrió la caja de los truenos entre JxCat y ERC. Una vez superada la tormenta, sin embargo, las aguas van volviendo paulatinamente a su cauce y los representantes de las dos formaciones se han vuelto a sentar en busca del mecanismo que dé con una solución que no es fácil, porque nadie quiere oír a hablar de salidas simbólicas, sino efectivas.
Aun así, los recelos mutuos continúan condicionando las negociaciones. Y como muestra un botón: después de que el jueves la secretaria general de ERC, Marta Rovira, urgiera a JxCat a presentarle el método que permita llevar a cabo una investidura efectiva, fuentes de la candidatura de Puigdemont le replicaron ayer que “tiene la fórmula desde el martes” y le reprocharon que “el problema no es este, sino que el problema es que no quiere investirle, y punto”.
Unas sensibilidades a flor de piel a las que ERC no permanece ajena. Los republicanos, no obstante, niegan la mayor y aseguran que todavía no conocen “la fórmula mágica” de JxCat. Y además quieren dejar claro que el problema no es investir al expresidente de la Generalitat ni a cualquier otro candidato que pueda proponer JxCat. Ayer, en todo caso, la propia Rovira aseguró en una entrevista en la ACN que su partido sólo asumiría riesgos penales si la investidura de Puigdemont es efectiva. Y en esta línea argumentó que la investidura “no debe implicar consecuencias penales para muchos diputados ahora en el Parlament si no es efectiva”. O dicho en otras palabras, los de Oriol Junqueras están dispuestos a “asumir lo que sea, pero con la condición de que la investidura sea segura”, según aclararon fuentes del partido.
La secretaria general de ERC también defendió que la investidura debe ir acompañada de un plan de gobierno que marque la hoja de ruta para “seguir el camino de la legislatura anterior”, algo que la CUP lleva demandando desde hace semanas. Precisamente, los cuperos hicieron público también ayer un documento remitido a toda su militancia en el que dan cuenta de las negociaciones mantenidas con las otros dos grupos independentistas. Según el documento, las tres formaciones acordaron 14 puntos, entre los cuales impulsar el proceso constituyente, que se articularía a través de una asamblea constituyente provisional.
Estos puntos, que no implicaban un pacto de estabilidad o de
Rovira avisa que su partido sólo asumirá riesgos penales si la reelección de Puigdemont es efectiva
gobierno, no llegaron a sellarse, puesto que la firma estaba prevista para el pasado martes a las diez de la mañana, pero minutos antes Torrent, anunciaba el aplazamiento del debate de investidura. El acuerdo preveía la no renovación de los conciertos de las escuelas que segregan por sexo, la rebaja de las tasas universitarias del 30% y, entre otras medidas, un plan de choque contra la corrupción.