Peor evolución del empleo en Catalunya
EL dato del empleo en enero ha sido malo en España, como es habitual siempre tras el fin de la temporada navideña y de algunas faenas agrícolas. La destrucción de empleo en el conjunto del Estado, liderada por Catalunya, ha sido de 178.170 puestos de trabajo, una cifra mayor que la del año pasado.
Pese a dicho dato negativo, sin embargo, el balance in ter anual medio de afiliado sala Seguridad Social en España ha aumentado en 607.856 trabajadores, lo que supone el mejor registro de los últimos once años. Este hecho permite al Gobierno afirmar que, pese al mal dato de enero, no se ha truncado la evolución positiva del mercado laboral español. Y remacha el argumento al destacar que el descenso de afiliación en dicho mes ha sido el segundo menos malo desde el 2007. Por ello cree que se pueden mantener buenas expectativas para el 2018, en línea con la previsión de crear otro medio millón de puestos de trabajo.
Entre otros factores positivos se encuentra el mayor registro de contratos indefinidos en un mes de enero de los últimos diez años, con lo que la contratación estable lleva 48 meses consecutivos al alza. En el lado opuesto del análisis, como ponen de relieve los sindicatos, hay que huir del triunfalismo porque se mantiene un alto grado de temporalidad contractual y de precariedad salarial mientras todavía quedan 3,5 millones de personas en las listas del paro.
Especialmente preocupante es que Catalunya, la comunidad autónoma con una economía más dinámica, haya sido la que ha liderado la destrucción de empleo en enero, por primera vez en cinco años, con 32.538 afiliados menos, frente a los 25.000 perdidos por Madrid, que figura en segunda posición. Este hecho se suma al cálculo presentado por el secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, que indica que entre septiembre del 2017 y enero del 2018 –los cuatro meses con mayor tensión política por el proceso independentista– el 60% de los empleos creados de menos en España con respecto al 2016 corresponde a Catalunya, que ha pasado de generar 329 empleos diarios a menos de trescientos. A ello se suma que el incremento del paro, asimismo, ha sido diez veces mayor al registrado el pasado año en el mismo periodo, al haber aumentado en 22.400 personas frente a 2.800. En la misma línea hay que añadir que el 22% del descenso de autónomos del conjunto del Estado en enero corresponde también a Catalunya.
El citado balance del mercado laboral catalán es suficientemente elocuente del daño que la actual situación política provoca en la economía, con especial impacto en los más débiles. Supone por tanto una llamada de responsabilidad para que se ponga fin a la actual incertidumbre política que tan negativamente afecta a la inversión y el consumo, que son los motores de la actividad.