Por qué matamos
Lorenzo Silva y Teresa Solana charlan para ‘La Vanguardia’ sobre novela policiaca en el marco de BCNegra
Dos autores de novela policíaca, el madrileño Lorenzo Silva, con casa en Getafe y Viladecacans, y la barcelonesa Teresa Solana, que desde hace años reside en Londres, conversan sobre distintas cuestiones de la novela negra. Los dos tienen a policías como protagonistas. Silva al brigada Bevilacqua y la sargento Chamorro de la Guardia Civil; Solana, a la subinspectora de los Mossos Norma Forester. Ambos niegan que la novela negra en catalán haga más crítica social que la escrita en castellano.
Lorenzo Silva: Habría que hablar sobre cómo se hace la crítica social. Quien diga que el hecho de que tu personaje de referencia sea un funcionario público te convierte en un endosador del orden establecido y que la mirada no sea crítica es que ha hablado con pocos servidores públicos, porque en todos ellos lo que abunda en sus discursos es la crítica a la realidad establecida, y lo hacen además con un ventaja sobre los que la hacen extramuros y es que ellos conocen muy bien los entresijos y las grietas del sistema. Teresa Solana: En los últimos años, en la novela negra escrita en catalán ha habido una eclosión de autores y el abanico de temas es muy amplio. Se tratan mucho los temas de la corrupción, pero eso también sucede en castellano, quizás por todo lo que ha pasado en estos años.
L.S.: Conozco cómo trabaja la Guardia Civil para imputar a alcaldes, vicepresidentes y presidentes o incluso construir una imputación a la hermana del Rey. Lo que han hecho estos guardias civiles es pinchar el teléfono a estas personas durante meses y ver hasta qué punto han llegado a despreciar a todo el mundo, han llegado a tomar el pelo a los ciudadanos y han llegado a venderse como servidores públicos cuando no era más que rapiñadores del patrimonio común. Un día, hablando con una de estas guardias civiles de Barcelona que venía de hacer unas escuchas, me decía, “vengo con el estómago tan revuelto por lo que acabo de oír durante tres horas que no puedo ni probar bocado”.
T.S: La novela negra pone de manifiesto esa tensión que puede haber entre esos funcionarios más intermedios que persiguen determinados delitos y la injerencia del poder político intentando enterrar determinados asuntos y que no salgan a la luz. Y eso es lo novedoso, que la critica se haga desde dentro. Muchas veces se pone de manifiesto ese abismo entre la justicia ideal y lo que es la letra de la ley, lo que permite que un delincuente se escape por un tecnicismo.
L.S: Y sólo se atrape al chico.
¿Se les ocurre alguna novela negra inspirada en el proceso?
L.S.:_Es un fenómeno muy complejo y la literatura no debe caer en simplismos. Hay muchos choques de legitimidades y de agendas. Agendas legítimas y agendas oportunistas están muy revueltas. Cuando hay dinero público sin control siempre aparece alguien que mete mano en él, un submundo criminal. A un ministro del Interior le grabaron una conversación en su despacho y la difundieron.
T.S: Lo que no podemos es competir con el periodismo...
¿Con qué periodismo?
T.S.: Lo que quiero decir es que necesitas tiempo para escribir una novela sobre un presente que aún no sabes cómo acaba.
¿Somos una sociedad de pícaros?
T.S.: Cuando la corrupción no es castigada en las urnas es que hay una parte de la sociedad que no la ve tan grave. Los delitos de sangre son la frontera de lo que no estamos dispuestos a tolerar. Hay crímenes que hasta caen simpáticos: ladrones de joyas...
L.S.: El estafador que estafa al poderoso.
T.S.: La corrupción forma parte de nuestro entramado social desde antiguo. Lo novedoso es el poco pudor, la impunidad. El pícaro por necesidad desde luego no es lo mismo que el gran corruptor.
¿Viene tal vez de cuando en la edad media uno podía comprarse una parcela en la eternidad mediante el pago de bulas?
L.V: Lutero... En España se mezcla una cierta tolerancia hacia el jugador de ventaja, la falta de respeto del bien común, que tal vez tenga sus raíces en el individualismo árabe, y una constitución natural política de todos los rincones de la Península sin excepción: Hablo del caciquismo, un pacto entre el poderoso que se salta todas las reglas y el no poderoso que les acepta saltárselas para recibir las migajas. El libro Oligarquía y caciquismo de Costa parece escrito ayer.
¿La narratividad de las teleseries es más eficaz que la escrita?
L.S.: Yo acabo de escribir el guión de una. Para mí, la literatura tiene más libertad y menos corsés. La gente que renuncia a la literatura está amputando no sólo conocimiento sino parte del relato humano que aporta la escritura. Las teleseries han caído en la hipérbole. Excepto The Wire, la mayoría, incluida Happy Valley, cuando llegan a la quinta temporada repiten clichés, si no acaban en lo grotesco y la autoparodia como Viking, que me gustaba mucho al principio.
T.S.: Yo disfruté con Upstart Crow, sobre Shakespeare. Lo que pasa es que cuesta menos esfuerzo ver una teleserie que leer un libro.
¿Han cambiado los móviles por los que más mata la gente?
L.S.: Estadísticamente son muertes del crimen organizado, un mecanismo para garantizar el cobro en un mundo ilegal en el que no hay pagarés ni puedes ir al juez. Después está el miedo. ¿Por qué mata un violador, si el homicidio puede agravar su pena? ¿Qué hace que un chaval que ha violado a una mujer la descuartice con un cuchillo de cocina, algo que no debe ser fácil, y la arroje a un contenedor de basura? Por miedo a que la víctima le denuncie...
T.S.: La avaricia, el dinero, está detrás del tráfico de drogas o del envenamiento de ancianas por aquella señora de al lado de la comisaría de la calle Balmes que quería hacerse con su herencia. y sí, también el no saber gestionar los odios, la ira, las emociones. Esos crímenes de género por parte de hombres que responden a la impotencia de no saber gestionar sus emociones y después de matar a su pareja acaban pegándose un tiro.
TERESA SOLANA
“La corrupción no es castigada en las urnas porque parte de la sociedad no la ve grave”
LORENZO SILVA
“Está el poderoso que se salta todas las reglas y quien acepta eso para recibir las migajas”