Preservativos en la nieve
La organización de los Juegos distribuirá 110.000 condones a la familia olímpica
Lo que pasa en la villa olímpica se queda en la villa olímpica, suelen comentar los atletas en defensa de su privacidad, pero determinados indicios son reveladores de una de las prácticas más extendidas en los ratos de ocio entre competición y competición. Los organizadores de los Juegos Olímpicos de invierno que se celebrarán en Pyeongchang (Corea del Sur) han hecho acopio de 110.000 preservativos que serán distribuidos, principalmente, entre los atletas.
Se trata del primer récord de Pyeongchang, el de número de condones repartidos en unos Juegos de invierno, multiplicando por diez la cifra distribuida en Vancouver 2010 y Sochi 2014. Aunque los 450.000 que corrieron en Río de Janeiro 2016 parecen insuperables, la relación profiláctico/atleta es prácticamente idéntica. Los Juegos brasileños registraron 11.551 participantes, con lo que a cada uno le correspondieron 39 anticonceptivos, dos más de promedio que a los 2.925 deportistas clasificados para Pyeongchang. El cálculo contiene una pequeña trampa, en el sentido de que no serán los atletas los únicos beneficiarios. Según han explicado los organizadores, los preservativos se ofrecerán en cestas situadas en los baños de hombres y mujeres de las villas olímpicas de Pyeongchang y Gangneung (40.000 unidades en cada una), en el principal centro de prensa y la villa para los periodistas (12.000) y en los estadios que albergarán las competiciones (18.000).
El fabricante Convenience ha entregado 100.000 profilácticos a la organización, esperando que su iniciativa contribuya a “un exitoso desarrollo de los Juegos de invierno” y a la vez a la “prevención de la propagación del virus del VIH”. “Estamos entregando nuestros condones Barunsengkak de manera altruista, creyendo que la marca líder de Corea del Sur debe hacer esta donación. Esperamos que los atletas completen sus participaciones con seguridad y éxito”, declaró un portavoz de la compañía a la revista Korean Biomedical. El cargamento está valorado en 100 millones de wons, unos 75.000 euros. La Asociación Coreana para la Prevención del Sida aportará los restantes 10.000 condones que la organización considera necesarios.
“No esperamos que los atletas los usen todos”, precisó el portavoz de los JJ.OO., Chung GeunSik, a medios del país. Efectivamente, salvo que medien proezas generalizadas e imprevistas, no parece probable que vayan a agotarse las existencias en los 16 días, del 9 al 25 de febrero, que transcurrirán entre las ceremonias de inauguración y clausura. Geun-Sik sospecha que muchos de los deportistas se llevarán los condones de vuelta a su país como recuerdo de los Juegos.
Los preservativos fueron distribuidos de manera pública por primera vez en los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988 en el marco de una campaña para frenar la expansión del sida. Por el mismo motivo, la iniciativa debutó en unos Juegos de invierno en 1994, en Lillehammer (Noruega) y se extendió, además de los participantes, a la familia olímpica por completo.