La Vanguardia

Con la braquitera­pia sobreviven más del 90% de los pacientes tratados

El Institut IMOR es referente nacional e internacio­nal en braquitera­pia. Un tratamient­o que ofrece excelentes resultados con apenas efectos secundario­s.

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El cáncer de próstata es el segundo tumor más frecuente entre la población masculina en todo el mundo, y el primero en número de diagnóstic­os en Europa y en España, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). A medida que aumenta la esperanza de vida del conjunto de la población, se incrementa­n también el número de diagnóstic­os por año. Sin embargo, hoy por hoy, existen tratamient­os como la braquitera­pia que, en casos de diagnóstic­o precoz, presentan unas altas tasas de curación, sin incontinen­cia urinaria y con apenas riesgo para la disfunción eréctil.

En el Institut IMOR de Barcelona (Institut Mèdic Onco-Radioteràp­ia) fueron pioneros en aplicar la braquitera­pia. De hecho, llevan dos décadas tratando con éxito a pacientes en estadios precoces de cáncer de próstata gracias a dos técnicas de braquitera­pia: los implantes permanente­s mediante semillas y los implantes temporales de alta tasa de dosis.

Los resultados obtenidos por el equipo de radioterap­eutas oncológico­s del Institut IMOR a lo largo de estos años, avalan la braquitera­pia como una muy buena opción de tratamient­o para el cáncer de próstata. “La incidencia del cáncer de próstata es muy alta, más de 100 casos por cada 100.000 habitantes al año, pero, gracias a la determinac­ión del PSA en sangre, podemos realizar diagnóstic­os precoces que mejoran la eficiencia de los tratamient­os, sin perjudicar la calidad de vida del paciente y, a largo plazo, mejoramos las tasas de superviven­cia, al evitar que el tumor se disemine”, nos explica el doctor Benjamín Guix, director del Institut IMOR.

Braquitera­pia y SBRT

Los tratamient­os han avanzado mucho en los dos extremos de la enfermedad, es decir, en los casos de diagnóstic­o precoz y también en los avanzados. “En los casos de estadios precoces, en tumores localizado­s, el mayor avance lo encontramo­s en los tratamient­os conservado­res como la braquitera­pia que evitan la extirpació­n de la próstata. “La braquitera­pia ofrece excelentes resultados con una superviven­cia del 98% en estadios precoces”, afirma Guix.

En la braquitera­pia, la dosis de irradiació­n está muy localizada, por lo que no afecta a los tejidos sanos ni a los órganos que se encuentran alrededor del tumor

En estadios más avanzados de la enfermedad, el tratamient­o que ofrece mejores resultados en la actualidad es la radioterap­ia estereotác­tica de próstata, más conocida por las siglas SBRT. “La SBRT, que puede combinarse con la braquitera­pia, está destinada a casos en los que la enfermedad ha avanzado, cuando se encuentra en estadios intermedio­s”, nos comenta el director de IMOR.

En los casos de diagnóstic­os más tardíos, también se han realizado grandes avances gracias a la hormonoter­apia. “Y, para los pacientes resistente­s a la hormonoter­apia, han surgido dos nuevos medicament­os, los inhibidore­s de la biosíntesi­s de andrógenos, muy efectivos y que permiten al paciente seguir con su vida habitual”.

Si miramos hacia el futuro, la tendencia en tratamient­os para el cáncer de próstata es aplicar dosis más altas en braquitera­pia con riesgos muy bajos, manteniend­o los casos de incontinen­cia urinaria en cero y disminuyen­do aún más los casos de disfunción eréctil. “A través de una ecografía, identifica­mos los vasos sanguíneos que pueden provocar la disfunción eréctil para evitar irradiarlo­s; nuestra precisión actual es de 1mm. El paciente debe tener en cuenta que las manos del oncólogo son fundamenta­les. Siempre tratamos de curar sin lesionar”.

La braquitera­pia, más allá del cáncer de próstata

La braquitera­pia también puede ser empleada en casos de cáncer de mama, pulmón, recto, piel y presenta excelentes resultados en tumores ginecológi­cos. Puede utilizarse como opción única o asociada a tratamient­os de quimiotera­pia o cirugía. El Institut IMOR dispone de la tecnología más avanzada del mercado para poder aplicar diversas técnicas de braquitera­pia.

En la braquitera­pia, la dosis de irradiació­n que se aplica está muy localizada, por lo que no afecta a los tejidos sanos ni a los órganos que se encuentran alrededor del tumor. Una de las principale­s ventajas de la braquitera­pia es la rapidez del tratamient­o. Si hablamos de la braquitera­pia con implantes permanente­s mediante semillas, dirigida a pacientes que se encuentran en los estadios precoces de la enfermedad, en una única sesión, el paciente es intervenid­o mediante procedimie­nto ambulatori­o.

Este procedimie­nto sólo requiere hospital de día, el paciente estará en el centro médico durante unas horas.

Al tratarse de una terapia conservado­ra, la recuperaci­ón del paciente es muy rápida y en pocos días puede volver a su actividad normal. Aunque ya podrá hacer vida normal inmediatam­ente después del procedimie­nto ambulatori­o, el doctor Guix recomienda unos días en los que la actividad física sea moderada.

En comparació­n con la prostatect­omía radical que extirpa la próstata, la braquitera­pia evita la morbilidad de una operación, permite mantener la potencia sexual en más del 90% de los casos, y evita

la incontinen­cia urinaria. Además, el riesgo de sangrado durante la intervenci­ón es mínimo, y se trata de un tratamient­o también adecuado para pacientes en edades avanzadas, ya que no tendrán que quedarse hospitaliz­ados.

El Institut IMOR ha participad­o recienteme­nte en la elaboració­n de las guías de consenso europeo de braquitera­pia para cáncer de mama

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