CaixaBank dispara beneficios hasta 1.700 millones pese a bajar el crédito
El grupo mejora su rentabilidad por el auge de las comisiones y la compra de BPI
CaixaBank logró un beneficio récord de 1.684 millones en el 2017, un año que estuvo marcado por la toma de control e integración del luso BPI y, ya en su parte final, por las tensiones derivadas del proceso soberanista en Catalunya, que motivaron el cambio de sede social y fiscal del grupo de Barcelona a València. En un entorno macroeconómico muy favorable, con un crecimiento superior al 3% en España, mayor demanda de crédito y menores saneamientos, CaixaBank elevó sus ganancias en un 61%.
“La valoración global es muy positiva, ya que hemos conseguido beneficios récord y la acción ha tenido un gran comportamiento en bolsa”, resumió Jordi Gual, presidente de CaixaBank, desde su sede valenciana. Con los tipos de la eurozona en el 0% y el Euribor en negativo, el banco llegó a esos resultados ayudado por el auge de los ingresos por comisiones –sobre todo, de su negocio de fondos y los seguros- y la mayor aportación de su filial BPI, que consolida en las cuentas desde el primer trimestre. Así pudo compensar los menores resultados por operaciones financieras y los estrechos márgenes con los que conviven los bancos en la era de los ultratipos.
Por fortuna para CaixaBank, hay otras muchas cosas que ayudan a ir dejando atrás los oscuros años de la gran recesión. La recuperación es un hecho macroeconómico indiscutible y eso permite dedicar menos tiempo y recursos a solucionar los problemas derivados de la crisis. Pese a eso, hay tendencias que cuesta mucho revertir y el crédito aún se redujo el año pasado en España. A Caiy xaBank le bajó un 2%, lo cual supone un problema para un grupo que se ve penalizado por la indexación de una parte muy relevante de su cartera de préstamos –todos los hipotecarios– a la referencia que marca el Euribor.
“El hecho de que el crédito esté cayendo y se esté estabilizando por el desapalancamiento de estos últimos años no implica que no haya flujo nuevo. Lo importante no son los saldos, sino los flujos”, explicó Gonzalo Gortázar, consejero delegado. La nueva producción de crédito crece con fuerza, según CaixaBank, en la destinada a consumo (+22%) y empresas no promotoras (+4%). “Estamos ganando cuota año tras año”, resumió Gortázar. Con todo, en la presentación de resultados de ayer no quedó claro si el saldo del 2018 ya será positivo o habrá todavía una caída. “Todas esas cifras son francamente superiores a las de la media del sector esperamos que en el 2018 la evolución no sea muy diferente, que la cartera crediticia sana esté más o menos estable y reducir los créditos problemáticos”, concluyó Gortázar.
Por lo que respecta al balance, CaixaBank explicó ayer que las turbulencias políticas de septiembre y octubre, con su traslación a la economía y muy especialmente a los bancos, se han superado. Las salidas iniciales de depósitos tras la declaración de independencia se recuperaron en días, dijo ayer Gual, cuando se realizó el cambio de sede. “En ningún caso hubo sobrerreacción, porque una entidad financiera debe garantizar a sus clientes y accionistas la seguridad jurídica y la continuidad del negocio; fue una decisión difícil, pero acertada”.
Aunque pueda haber alguna herida abierta –“algún cliente se disgustó desde la perspectiva emocional”–, el estado de ánimo en CaixaBank era ayer excelente. No preocupa ni lo pasado ni lo que pueda venir, a pesar de que en Catalunya se celebraran en diciembre unas elecciones autonómicas convocadas desde la Moncloa y aún no se haya producido la investidura. “Los interlocutores ya encontrarán vías de acuerdo”, dijo Gual. El número uno de la torre negra más alta de la Diagonal de Barcelona tampoco se inmutó por la mala acogida de los resultados en bolsa, donde la acción cayó ayer un 2,4%.
CaixaBank ve el futuro con mucho optimismo porque parte de la base de que tiene un balance saneado y mucho margen de mejora en cuanto suban los tipos. “Lo que ha hecho la Reserva Federal da pistas sobre el camino que seguirá el BCE durante el año que viene. No es razonable pensar que los tipos vayan a seguir en niveles tan bajos como los actuales de forma indefinida”, avisó Gortázar. Dos tercios de sus nuevas hipotecas son a tipo fijo.
La entidad relativiza el impacto del cambio de sede social y fiscal y dice que fue una decisión acertada