La Vanguardia

La primera diputada catalana con hiyab

LA PARLAMENTA­RIA DE ERC, LICENCIADA EN LITERATURA ÁRABE Y EXPERTA EN INTEGRACIÓ­N, LLEVA EL PAÑUELO ISLÁMICO COMO UNA REIVINDICA­CIÓN

- SILVIA HINOJOSA

Najat Driouech nació en una aldea de Arcila, en la costa occidental de Marruecos, y no quiere olvidarlo; por eso vuelve todos los veranos, de vacaciones. Allí vivió hasta los ocho años, antes de irse a la vecina Tánger, donde residía su abuela materna. “Mi madre sacrificó estar conmigo para que yo pudiera estudiar en la ciudad porque era la única niña de mi poblado que iba a la escuela y estaba muy lejos, tenía que pasar tres poblados”, recordaba Driouech este miércoles, en su despacho del Parlament. Con 36 años y embarazada de su tercer hijo, esta licenciada en Literatura Árabe, diplomada en Trabajo Social y técnica en excedencia del Ayuntamien­to de El Masnou se estrena como diputada esta legislatur­a. Concurrió como independie­nte en las listas de ERC y es la primera catalana árabe, como le gusta definirse, que asiste al hemiciclo ataviada con el hiyab, el pañuelo usado por las mujeres musulmanas para cubrirse el pelo.

“Es anecdótico –advierte inmediatam­ente, sobre el hiyab, que empezó a llevar en el 2009–, yo decido cuándo me lo pongo y cuándo no. Para mí es una reivindica­ción. ¿Por qué la sociedad occidental lo ha convertido en un signo de sumisión y de ignorancia? Yo no soy ignorante y he decidido llevarlo, ¿por qué no?”, subraya. Driouech lamenta que las inmigrante­s cargan con una mochila llena de estereotip­os, pero anima a ser valientes e ir rompiéndol­os. “Se me tiene que respetar por el trabajo, por mi trayectori­a personal y profesiona­l, no por llevar pañuelo”, añade, aunque vaticina que pronto ya nadie le preguntará por este detalle que, insiste, es una cuestión personal, “como hubiera podido teñirme de rubio”, bromea.

No se define como independen­tista, ni lo contrario. “Me gusta el proyecto que tiene ERC de que somos un pueblo de pueblos. Yo creo en el derecho a decidir de las personas, fui a votar el 9-N, el 1-O, no tenemos que tener miedo a que las personas se expresen”, subraya.

Le preocupa más su aportación a la vida política en ámbitos como la justicia social, la cohesión y la diversidad real. “Cuando entré en listas no lo hice para representa­r a la comunidad marroquí, que quede claro, sino a toda la comunidad catalana, no quiero ser una marioneta de una minoría social. Lo que he hecho siempre es tratar a todos por igual y luchar por todos”, subraya. Aparte de su trabajo en la administra­ción local, Driouech es requerida desde hace años para dar talleres y charlas, desde un instituto al Parlamento europeo, sobre temas como la construcci­ón identitari­a de la segunda generación marroquí o el delicado asunto de la radicaliza­ción. Con lo poco que lleva de diputada, Al Yazira ya la han llamado para hacer un documental. Ella celebra que se conozca el empoderami­ento de la mujer y la buena inclusión inmigrator­ia que hace Catalunya.

La primera catalana que asiste con pañuelo islámico al Parlament llegó a Masnou con nueve años, con su madre y tres de sus cuatro hermanos, para unirse al padre, que llevaba

“Me gusta el proyecto de ERC de que somos un pueblo de pueblos y creo en el derecho a decidir”, asegura

“Soy catalana, pero nunca perderé mi esencia árabe; la diferencia suma”, destaca Driouech

años trabajando aquí. “Donde vivíamos, todos tenían algún familiar que había emigrado. Los primos de mi padre y hermanos mayores habían ido a Francia y a Bélgica, aún viven allí”, detalla. Su padre fue a El Masnou, acogido por un primo suyo. Trabajaba en la agricultur­a, sobre todo claveles, y viajaba para ver a su familia en Marruecos cada cuatro meses. Hasta que en los años 90 la familia se reagrupó en Masnou. “Mi padre ya había promociona­do socialment­e y estaba en la construcci­ón. Cuando íbamos a Barcelona y pasábamos por las torres Mapfre, nos explicaba orgulloso que aquello lo habían hecho ellos, trabajaban para equipar Barcelona en la época olímpica”, señala Driouech.

Destaca la acogida que tuvieron en El Masnou. “Fue muy fraternal. Nuestro espacio natural de interacció­n eran la señora Isabel, el señor Josep. La calidez de los abuelos la sustituías con la calidez de los vecinos. Tuvimos el privilegio de ser los niños de la calle Sant Francesc d’Assís porque entrabas en todas las casas, las abuelas nos explicaban las historias y nosotros les explicábam­os las nuestras”, detalla.

Está casada con un catalán de adopción como ella, también marroquí, al que conoció en Tánger aunque ambos vivían en Catalunya. Entre ellos hablan castellano porque así empezaron, con sus hermanos habla en catalán y con los padres, en árabe. “Y mi cuñada Mireia nunca se ha sentido desplazada, ni cuando vamos a Marruecos. Dice: ‘No sé si aprenderé algo de árabe’, y yo le digo: ‘Pues con nosotros lo tienes complicado...”, ríe. Sus hijos, de 8 y 5 años, manejan las tres lenguas.

“Nunca perderé mi esencia árabe, me siento orgullosa de ser lo que soy y creo que muchas personas similares a mí se identifica­n en eso –constata–. Soy catalana, pago mis impuestos, me molesta el incivismo en la calle, estoy comprometi­da con la escuela de mis hijos, pero no por eso tengo que dejar mi parte árabe, me encanta la música árabe y esas bodas que duran tres días o los cuentos que me explicaba mi abuela, ¿por qué tengo que dejarlo?”. Asegura que le gusta ser diferente y no espera gustar a todos. “La diferencia suma. Catalunya debe estar orgullosa del valor cultural que aportamos las personas”, subraya.

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Driouech, en el hemiciclo del Parlament, donde ejerce como diputada esta legislatur­a
najat driouech
ÀLEX GARCIA Driouech, en el hemiciclo del Parlament, donde ejerce como diputada esta legislatur­a najat driouech

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain