La Vanguardia

Arrimadas pierde el título en TV3

- Joaquín Luna

La campeona electoral de Catalunya del peso welter, Inés Arrimadas, perdió la corona el sábado por la noche en el accidentad­o combate de fondo de la velada independen­tista del Gran Price-TV3 dirimido por decisión unánime de la juez principal, los jueces de ring, los acomodador­es, los comentaris­tas agradecido­s y el público que llenaba el plató.

El combate fue del siglo y de los que crean afición al periodismo. Como tantos campeones, Arrimadas había tratado de rehusar la cita, consciente de que poner en juego la corona en el Gran Price es una temeridad.

Vibrante arranque de la pelea. Sin tregua. Arrimadas ya pidió agua nada más empezar.

–¡No le des en la cabeza, que está estudiando!

¿En la cabeza? En los morros de la campeona aterrizó el primer crochet

en forma de zasca. “Ha tardado usted 19 programas en venir”. Y los que tardará en volver, debió de pensar el rincón de Arrimadas a la vista del arranque y el ambiente pluralista.

La campeona trató de mantener la distancia y rehuir el cuerpo a cuerpo que le proponía su adversario, cuya única determinac­ión era recuperar el título, al modo de otra leyenda del pugilismo local, Marta Ferrusola, que dejó dicho aquello de que se le hacía muy extraño que otros habitasen en su

Palau de la Generalita­t.

El segundo round fue nulo: hablaron del PP. En los siguientes tres asaltos, Arrimadas impuso su técnica más convencion­al. Desde el centro del ring desplegó el repertorio de golpes más habituales: doble lenguaje, monotema, fractura, salida de la UE, listas de espera, más realismo...

Segundos fuera: la lengua. A por todas. El Gran Price rugió con una serie

La campeona salió por piernas del Gran Price, en una edificante velada de televisión pública

de golpes, derecha, izquierda, sobre lo poco que habla catalán la campeona. El intercambi­o de golpes fue variado, que si tú, que si yo, que si ellos y nosotros. Arrimadas se quejó de en el Gran Price no sueltan esos tortazos a quienes sólo se expresan en catalán. La protesta fue desestimad­a: el boxeo es un deporte de contacto. Y cuando peleas en casa, todo vale.

–¡Hay dos lenguas en Catalunya, jerezana! ¡Habla una sola!

La atmósfera se calentó, como hacía tiempo no se veía en la casa. Nada de cruzar los guantes con sparrings, nada de masajes, complicida­des o buen rollo: tortazos, todos contra una. Y aún dicen que montan tongos...

El público del Gran Price llevó en volandas al púgil local que conectó, al fin, el esperado KO: el padre octogenari­o de la campeona fue policía antes de ser abogado. ¿Son infames los golpes bajos? ¡Nooo! Todo por la patria. La caída determinó el veredicto.

–Le han metido una derecha como para quitarle todas las manías.

La campeona salió abucheada y por piernas del Gran Price en una edificante velada de televisión pública, que siempre será nuestra.

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