El Port Olímpic cerrará bares y ampliará sus zonas de paseo
Inversión municipal de 39 millones de euros para hacer de este lugar un equipamiento eminentemente diurno y familiar
El Ayuntamiento cerrará la veintena de bares de copas del Port Olímpico y transformará la infraestructura en un equipamiento eminentemente familiar, diurno y deportivo. La ciudadanía verá cómo se doblan los espacios destinados a pasear frente al mar. La alcaldesa Ada Colau explicó ayer los detalles de la pronta reforma de este símbolo de la Barcelona olímpica a la postre muy venido a menos. En los últimos tiempos no hizo otra cosa que sumar vergüenzas, violentos incidentes y muchísimas quejas de todos los que viven por los alrededores. Además, el paso del tiempo y el salitre también hicieron mella en su hormigón. Las obras comenzarán a finales del 2019 y concluirán en el 2022.
La alcaldesa Colau quiso darle a la presentación de este proyecto toda la solemnidad que pudo, y subrayó la reconquista vecinal del litoral que supone, el gran pacto ciudadano que lo hará posible, el firme liderazgo municipal que marcará cada uno de sus pasos... La obra costará 39 millones de euros. Pero la alcaldesa Colau aseguró que ni uno de ellos saldrá de las arcas públicas. Todo el mundo confía en que los propios ingresos del puerto financien los trabajos. Los graves problemas estructurales de este puerto explican la cuantía de la factura.
En verdad el Ayuntamiento no podía demorar más este proyecto. El tiempo se estaba echando encima de un modo inexorable.La concesión administrativa de esta infraestructura concluirá en el 2020. Un acuerdo entre la Generalitat y el Ayuntamiento permite al Consistorio asumir la gestión del equipamiento y marcar este cambio de rumbo. Cuanto más tarde se despejara su horizonte más se aceleraría su degradación, la degradación de sus madrugadas, de su maltrecho dique de abrigo, de los restaurantes que no tenían claro si continuarían en este lado de la ciudad. La posibilidad de que se tuvie-
ra que celebrar un concurso público abierto al capital privado también estaba alimentado la incertidumbre.
Muy pocos echarán de menos la mayor parte de bares de copas del Port Olímpic. En muchos de ellos no se puede entrar si uno no forma parte de un grupo de turistas con la visita apalabrada. O de una ruta de borrachera precontratada. Acumulan un montón de expedientes. Sus espacios serán ocupados por negocios relacionados con la náutica. La creación de un centro municipal de deportes y de otro de divulgación científica, así como la ampliación del de vela reforzarán el nuevo papel. Y todo el espacio aún secuestrado por carpas y toldos quedará diáfano. También se reducirán las plazas de aparcamiento y se mejorarán los accesos a lado y lado del puerto a fin de que el paseo sea mucho más fluido, para que el Port Olímpic no se antoje un elemento incrustado. El número de amarres se reducirá ligeramente porque se aumentarán sus dimensiones en función de las demandas del mercado. El objetivo es abrir el puerto al mar y también a la ciudad. El espigón de Marina, el que sobresale de las torres Mapfre, se transformará en una gran zona de paseo. El espacio público resultante sumará unos 48.000 m2, más del doble del actual.
Jordi Giró, el presidente de la asociación de vecinos de la Vila Olímpica, se mostró muy esperanzado en que esta reforma sirva para integrar el Port Olímpic en la vida cotidiana del barrio.
El Ayuntamiento está respondiendo de este modo a las históricas reivindicaciones de muchas de las personas que allí se ganan la vida. En realidad este proyecto de transformación recoge las principales características de la propuesta elaborada por los restauradores del lugar hace ahora poco más de un año. En la rueda de prensa de ayer, en la Casa Consistorial, junto a la alcaldesa Colau y también la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, se sentó Roger Pallarols, director del Gremi de Restauració de Barcelona. Hace unos pocos meses hubiera sido muy difícil tomar esta instantánea. Todos se felicitaron por el trabajo hecho. En los últimos meses el gobierno municipal parece muy empeñado en tender puentes con el tejido productivo de la ciudad.