¿Qué pasaría con Neymar?
Hace ya muchos años, una jefa de personal hizo una carrera memorable para una gran firma fichando solo a tigres, serpientes, caballos y cabras y descartando, sin ni siquiera verlos cuando le solicitaban empleo (tomaba la decisión teniendo en cuenta solo la fecha de nacimiento, pero sobre todo el año), a los conejos, ratas y gallos. No sé qué hacía con los perros ni con los monos. Ni con los dragones, bueyes y cerdos, que completan los doce animales del horóscopo chino. Como tampoco sé muy bien qué pasaba con esos signos dependiendo de si eran de agua, madera o metal... No consigo recordarlo a pesar de que durante años insté a esa ahora ya exdirectiva peculiar (también excompañera de entrenamientos cuando aún se podía correr por l’Escullera, antes de que brillara ahí el hotel Vela) a renunciar a su método, que entonces no me parecía nada serio... pero que, está claro, le simplificaba mucho las cosas. Con pocas entrevistas y cero implicación emocional construía un equipo a su medida y, quién sabe, puede que más sólido que el que le habrían proporcionado los métodos habituales. Además se ahorraba caer en la tentación de dejarse llevar por la empatía de alguno de sus signos prohibidos.
El método de esa exdirectiva rendida al horóscopo chino funcionó, puedo asegurarlo, para esa gran firma durante casi diez años. La compañía creció como la espuma antes de que ella renunciara al puesto de prestigio para montar su propio centro de meditación. Pero a pesar de su éxito remoto, hace nada entendí que lo que valió para ella habría fracasado de forma rotunda en el mundo del fútbol. Fue gracias
Cristiano Ronaldo y Carlos Tévez, ambos rata, habrían caído sin ser vistos de la lista de la exdirectiva ahora yogui
al rifirrafe que Ronaldo y Neymar montaron el lunes para determinar quién celebra mejor su cumpleaños (el primero brindó por sus 33 años en familia y el segundo por los 26 con un fiestón de tres días que incluyó una timba de póker y a Maluma cantando en directo y emocionando hasta el llanto al jugador del PSG). Eso me permitió descubrir que no sólo ellos dos nacieron un 5 de febrero sino que el fútbol tiene hasta ¡cinco! cracks de ese mismo día. Y también que, muy a pesar de las firmes reglas de esa pragmática exseleccionadora de personal, solo dos coinciden en el horóscopo chino.
Son Cristiano Ronaldo (que por cierto, ya ha desvelado la ubicación de su hotel en Madrid: se levantará en el 29 de la Gran Vía, donde ahora está la Casa del Libro) y Carlos Tévez, que tiene 34 años. Ambos rata, habrían caído sin ser vistos de la lista de la exdirectiva ahora yogui. No sé que habría pasado con Neymar, que también nació el 5 de febrero pero es mono, y Adnan Januzaj, del mismo día, pero cerdo. De lo que estoy convencida es de que el retirado Gheorghe Hagi, serpiente (5 de febrero de 1965), habría formado parte indiscutible de su flamante equipo.