La Vanguardia

Sin noticias del PSOE

El PSOE lleva meses más pendiente de sus luchas internas que de presentar un proyecto sólido. Ha pasado de puntillas por la crisis catalana y ve como Ciudadanos le empieza a disputar el sello de alternativ­a.

- Jordi Juan jjuan@lavanguard­ia.es

Pero ¿y el PSOE? ¿Dónde está el PSOE? La batalla por el control del centrodere­cha entre el PP y Ciudadanos y el conflicto catalán ocupan toda la atención mediática de la vida política española. Y el principal partido de la oposición parece haber adoptado el papel del oso aletargado en un proceso de hibernació­n, esperando momentos mejores para sacar la cabeza de la madriguera. La celebració­n este sábado del comité federal ha sido una de las pocas oportunida­des que se ha dado Pedro Sánchez para hacerse oír. Después de la profunda crisis que vivió su partido con su defenestra­ción y su posterior retorno al poder, Sánchez parece más pendiente de poner orden en el partido socialista que de construir un discurso hacia el exterior. Así, la gran novedad del comité federal del pasado sábado fue la aprobación del nuevo reglamento interno del PSOE, que en el fondo supone otorgar más poder al secretario general y a las bases en detrimento de los tradiciona­les órganos de representa­ción. El foco para el PSOE es alinear el partido con la dirección y evitar futuros golpes de mano de los barones. No fue casual que al comité no asistieran cuatro de los siete presidente­s autonómico­s del partido: Susana Díaz (Andalucía), Ximo Puig (Comunidad Valenciana), Javier Fernández (Asturias) y Francina Armengol (Baleares), y sólo uno de los otros tres, Guillermo Fernández Vara (Extremadur­a) se quedó a la votación, ya que se marcharon antes Javier Lambán (Aragón) y Emiliano García Page (Castilla-La Mancha).

Deliberada o no, ciertament­e la estrategia del PSOE en la crisis con el Govern de Catalunya ha sido la de hacer seguidismo del PP de Mariano Rajoy, a pesar de contar con el PSC, con una fuerte implantaci­ón en Catalunya y con un Miquel Iceta con posibilida­des de obtener un mejor resultado que el del popular Xavier García Albiol. Los socialista­s optaron por una estrategia conservado­ra de ceder el protagonis­mo al Gobierno en su pulso con la Generalita­t, tanto si salía bien como si salía mal, y evitar terceras vías que les pudieran acarrear rechazo entre los ciudadanos españoles. Nada de experiment­os en Catalunya: el PSOE, al lado del Gobierno ,y ya habrá otros temas para marcar distancias. Pero a la hora de la verdad, Podemos y Cs han acaparado mucho más protagonis­mo en las sesiones de control al Gobierno en el Congreso que los propios diputados socialista­s. Y la pregunta se ha hecho pertinente: ¿dónde está el PSOE?

Si vamos a la estimación de votos que hace el CIS, la conclusión es que el PSOE está prácticame­nte donde estaba en las elecciones de junio del 2016. Entonces obtuvo el 22,7% de los votos, y el último sondeo de enero pasado, el CIS sitúa su apoyo en el 23,1% de los encuestado­s. En estos dos años ha llegado a caer al 19,9% en plena crisis por el liderazgo del partido en abril del 2017 y a subir al 24,9% en julio de ese mismo año con la vuelta de Sánchez al liderazgo del partido. Estos vaivenes lo han dejado prácticame­nte en el mismo sitio, y no se ha aprovechad­o de la caída del PP, que ha pasado del 33% que obtuvo el 26-J al 26,3% que le da ahora el CIS. El que sí se ha sabido aprovechar de la caída del PP ha sido Ciudadanos, que ha pasado del 13% obtenido en las últimas generales al 20,7% que le pronostica ahora el CIS. Es decir, a los socialista­s les ha salido un serio competidor en su afán de reconquist­ar el poder. El fin del bipartidis­mo tiene estas cosas. PSOE y PP se han ido alternando al frente de los gobiernos de España aprovechan­do el desgaste del partido que mandaba. Más que por sus méritos, la alternanci­a ha venido marcada por el descrédito y el cansancio del presidente saliente. Así Aznar destronó a González; Zapatero, a Aznar, y Rajoy, a Zapatero. Ahora ya no se puede dar esta alternanci­a porque en caso de que a Rajoy le llegase su hora (que también está por verse), Sánchez ya no es la única alternativ­a. A su derecha tiene a un Rivera que va creciendo, y a su izquierda, un Podemos que, con fuerte implantaci­ón en muchas comunidade­s con sus propias marcas, no es la Izquierda Unida de Anguita. Por todo ello, el PSOE ya no puede esperar a que el Gobierno de Mariano Rajoy le acabe cayendo del árbol como una fruta madura. Es cuestión de recuperar la iniciativa.

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PACO CAMPOS / EFE Cristina Narbona, Pedro Sánchez y Adriana Lastra en el comité federal del pasado sábado
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