El negro gana en unos Bafta con acento americano
‘Tres anuncios en las afueras’ gana cinco Bafta, incluido el de mejor película
Podría decirse que Tres anuncios en las afueras es una película de doble nacionalidad, hecha con dinero británico y norteamericano, con un director angloirlandés (Martin McDonagh). Sin duda es una ventaja en los tiempos del Brexit, y lo cierto es que ha sido la gran ganadora de los Bafta, aperitivo de los Oscar y por lo general un buen anticipo de lo que se avecina en la gala de Hollywood.
Con un trasfondo dramático (la violación y asesinato de una joven, y el empeño de su madre en encontrar al culpable) y toques de sátira y comedia negra al más puro estilo Fargo, Tres anuncios conquistó los Bafta a la mejor película, la mejor actriz en un papel protagonista (Frances McDormand), el mejor guion original, el mejor actor secundario (Sam Rockwell) y el mejor filme británico (una propina por lo del doble pasaporte).
Como cada vez está más de moda separar los galardones a la mejor película y la mejor dirección –como si hubiera algunas que se condujeran solas hacia la excelencia sin nadie al volante, como esos coches robotizados que están a punto de invadir las carreteras–, el Bafta a la dirección recayó sobre Guillermo del Toro por la deliciosa comedia romántica La forma del agua, premiada también por la mejor música y el mejor diseño. Es un duelo que promete repetirse dentro de dos semanas en Los Ángeles.
Gary Oldman no es el actor físicamente más parecido a Winston Churchill, y su edad no concuerda con la del primer ministro al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, pero ha dado un enorme realismo al personaje en La hora más oscura, de manera que era el favorito indiscutible al Bafta al mejor actor, y así fue. Si hubo sorpresas, fue con cuentagotas, porque la incomparable Frances McDormand obtuvo el premio a la mejor actriz por su papel como la madre compungida que coloca tres anuncios a las afueras de Ebbing, Misuri, criticando la pasividad de las autoridades y exigiendo justicia para su hija. Woody Harrelson hace un magnífico papel como el moribundo sheriff víctima de su ira, pero que la entiende hasta el punto de pagar anónimamente de su bolsillo los cartelones que critican su gestión cuando a ella se le acaba el dinero. Estaba nominado, pero el premio fue a parar a Sam Rockwell, un subordinado suyo bastante limitado que al final se une a la búsqueda del violador y homicida.
No faltan críticos que consideran que Call me by your name debería estar en el discurso a la mejor película del año (y Timothée Chalamet al mejor actor), pero en la gala londinense tuvo que conformarse con el premio al mejor guión adaptado. De la misma manera
que Dunkerque se limitó a ganar el Bafta al mejor sonido. El británico Daniel Kalunya fue galardonado como la mejor estrella emergente por su trabajo en Déjame salir.
Todo es una cuestión de gustos, pero pocas críticas se les pueden hacer a los votantes de los Bafta por mirar con buenos ojos los tres anuncios en las afueras de Ebbing. Que, al margen de cualquier otra consideración, es un retrato de la Norteamérica profunda y una asignatura obligatoria para entender por qué Donald Trump es el presidente de Estados Unidos.
Guillermo del Toro es galardonado como mejor director por el realismo mágico de ‘La forma del agua’