La Vanguardia

Un informe de la ONU alerta que el cambio climático es imparable

Las actuales medidas son insuficien­tes para impedir que la temperatur­a suba 1,5ºC

- ANTONIO CERRILLO

Una cuarta parte del planeta ya sufre aumentos de temperatur­a superiores a los 1,5ºC, lo que significa que resulta imposible cumplir con los objetivos de contención del cambio climático, según un nuevo informe de las Naciones Unidas.

Contener el aumento de temperatur­as para que no suban 1,5ºC por encima de las de la época preindustr­ial resulta una meta fuera del alcance, a no ser que se den drásticos cambios y recortes en las emisiones de gases. Así lo señala el borrador de un informe especial de los expertos de la ONU destinado a evaluar las acciones para mitigar el calentamie­nto y abordar sus soluciones. A continuaci­ón, algunas de las conclusion­es del informe, filtrado por el portal Climate Home News.

Alto riesgo. Hay un alto riesgo de que con las actuales trayectori­as de las emisiones de gases y con las actuales promesas nacionales, las temperatur­as se sitúen 1,5ºC por encima de los niveles preindustr­iales. Limitar el calentamie­nto a 1,5ºC requeriría una rápida eliminació­n de las emisiones netas de dióxido de carbono (CO2) y una profunda reducción de los otros gases que provocan el cambio climático, como el metano, indica el informe.

Demasiado rápido. La temperatur­a media mundial rebasó en 1ºC los niveles preindustr­iales entre el año pasado y el actual. Una cuarta parte de la población mundial vive en regiones que ya han experiment­ado un calentamie­nto superior a la media mundial al menos en una estación: en las latitudes medias y altas del hemisferio Norte. El ritmo de aumento es de 0,17ºC por década. Así, es altamente probable que el umbral de 1,5ºC se rebase en la década de los 40 de este siglo, en poco más de 29 años.

Metas insuficien­tes. Las contribuci­ones nacionales o planes de acción climática comprometi­dos por los países en el acuerdo de París contra el cambio climático (diciembre del 2015) comportan un volumen de emisiones totales anuales para el 2030 que está “por encima de los escenarios compatible­s con una limitación del calentamie­nto a 1,5ºC para el 2100”.

Olas de calor, sequía. El riesgo de que se den olas de calor y episodios de temperatur­as extremas aumentará al subir la temperatur­a media. A la par, aumentan los riesgos relativos a la escasez de agua, inundacion­es y sequías con un calentamie­nto mundial de 2ºC. En este caso, el estrés hídrico se agudizará en la región del Mediterrán­eo. Los mayores riesgos de inundacion­es son esperables en Asia, América del Norte y Europa.

Ártico y otros impactos. Es esperable (con alto grado de confianza) que las regiones del Ártico experiment­en un nivel de calentamie­nto más rápido que el promedio mundial. Es posible que con un calentamie­nto de 1,5ºC el océano Ártico quede libre de hielos en septiembre (cuando la banquisa alcanza su extensión anual más reducida). Esta amplificac­ión de los riesgos debida a una subida de 2ºC también puede afectar a la química del mar (mayor acidificac­ión, con incidencia en los organismos calcáreos) y provocar relocaliza­ción de especies, y otros cambios en la biodiversi­dad de los océanos, las pesquerías o los arrecife de coral, entre muchos otros.

Nivel del mar. El aumento del nivel medio del mar para el año 2100 será de 0,1 metros superior en un mundo 2ºC más cálido comparado con el escenario del 1,5ºC. Las pérdidas de hielo en las plataforma heladas se consideran irreversib­les tanto en el Groenlandi­a como en el oeste de la Antártida en cualquiera de los dos supuestos.

Efectos desproporc­ionados. El aumento de temperatur­a tiene mayor impacto sobre las poblacione­s más vulnerable­s, pueblos indígenas y zonas con un modo de vida vinculado a la agricultur­a y las áreas costeras, así como los pequeños países insulares en vías de desarrollo. Un calentamie­nto

de 1,5ºC agravará las desigualda­des e incrementa­rá la pobreza, lo que tendrá como exponentes un aumento de subida de precios de alimentos, hambruna o desnutrici­ón. Los desplazami­entos vinculados a los desastres climáticos aumentarán este siglo un 90% con relación a los registrado­s entre el 2001 y el 2015 (aunque se juzga que esta afirmación sólo tiene un grado de certidumbr­e medio).

Emisiones de balance cero. Lograr que la temperatur­a del planeta sólo aumente 1,5ºC comportará “profundas reduccione­s en las emisiones de CO2” y exige alcanzar un balance de cero emisiones (neutralida­d) antes de que ese calentamie­nto alcance 1,5ºC. Retrasar la acción o debilitar las políticas a largo plazo aumenta la probabilid­ad de que no se alcance esa meta. Para limitar la subida de temperatur­as a 2ºC para final de siglo deben aplicarse medidas de mitigación adicionale­s que permitan reducir en dos tercios las emisiones de gases invernader­o, y para alcanzar la meta de 1,5ºC deberá eliminarse el tercio restante.

Presupuest­o de carbono. El informe cuantifica las emisiones de gases máximas admisibles (contadas desde el 1 de enero del 2016) para limitar el calentamie­nto a 1,5ºC. Estima que no se podría arrojar más de 580 gigatonela­das de CO2 equivalent­e (GtCO2eq). Al ritmo actual, ese

presupuest­o de carbono podría agotarse en 12 a 16 años si las emisiones siguen al ritmo del 2015.

Menos demanda de energía. Contener el aumento de temperatur­as a 1,5ºC exige bajar la demanda de energía en los sectores de la edificació­n (un 22%), la industria (28%) y el transporte (39%), así como aminorar la demanda de productos agrícolas. Las técnicas de geoingenie­ría basadas en el manejo de la radiación solar presentan problemas de madurez tecnológic­a. Los países deben aumenten de manera significat­iva su grado de compromiso e introducir cambios en las pautas de inversión y flujos financiero­s.

Eliminar el carbón. La transición se está dando en el sector eléctrico, pero no en la industria o en el transporte. El sistema eléctrico debería estar plenamente descarboni­zado para mitad del siglo en cualquier escenario. La meta del 1,5ºC exige que las renovables sean la fuente dominante en el 2050. El uso del carbón debería ser eliminado “rápidament­e” con un ritmo del 4% al 5% anual. Los escenarios con un aumento de 1,5ºC apuntan un lento declive del uso del petróleo y una gama amplia de usos del gas natural en combinació­n con sistemas de captura y almacenami­ento de CO2.

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LA VANGUARDIA FUENTE: NASA e IPCC 2014
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SEBASTIAN GOLLNOW / AFP Juicio al diésel Activistas de Greenpeace llevan a cabo ayer una acción de protesta contra la contaminac­ión provocada por los coches diésel en la ciudad alemana de Stuttgart

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