Tarraco gana la partida
El próximo coche de Seat llevará por nombre Tarraco, elegido en una votación popular donde el topónimo romano de Tarragona obtuvo el 35% de los votos, por delante de Ávila.
Seat confirmó ayer que el futuro SUV de la marca, el de mayor tamaño y con fabricación en Alemania, se llamará Tarraco. Así lo ha decidido la votación popular promovida por la firma y en la que han participado 146.124 personas de 134 países. Tarraco recibió 51.903 votos válidos (35,52%), por delante de Ávila, que contó con el apoyo de 41.993 participantes (28,74%); de Aranda, en tercera posición, con 39.321 votos (26,91%), y de Alborán, que recogió 12.907 (8,83%).
Los resultados de la votación han sido certificados por EY. Tarraco es el primer nombre de un modelo de Seat elegido por votación popular, el decimocuarto topónimo español y el primero vinculado a Catalunya. La tendencia de la toponimia española comenzó en 1982 con el Ronda, al que han seguido 12 modelos más: Ibiza, Málaga, Marbella, Toledo, Inca, Alhambra, Córdoba, Arosa, León, Altea, Ateca y Arona.
Según la compañía, el nombre de Tarraco, al igual que el de las otras tres propuestas finalistas, encaja a la perfección con los valores de Seat y con la personalidad del nuevo modelo. Tarraco. en la actualidad Tarragona, fue uno de los asentamientos más antiguos de la península ibérica y fue capital de Hispania durante el Imperio Romano. “Tarragona es una ciudad mediterránea que respira cultura, espíritu joven, historia y arquitectura, valores con los que Seat se identifica”, dijo la compañía en un comunicado. Su alcalde, Josep Fèlix Ballesteros, celebró la elección que entendió como una gran promoción de Tarragona.
En paralelo a la confirmación del futuro Tarraco, Seat sorprendió ayer al comunicar que la próxima presentación de sus resultados anuales se llevará a cabo en Madrid, pese a que su sede social se encuentra en Martorell (Barcelona). Será el próximo 22 de marzo con la presencia del presidente Luca de Meo y el resto de miembros del comité ejecutivo.
Fuentes de Seat desvincularon el cambio de ciudad de la crisis política catalana, aseguraron que la decisión se tomó hace un año, y reiteraron la voluntad de mantener la sede en Catalunya. La compañía ha señalado en varias ocasiones que sólo se plantearía el traslado de sede si viera en peligro la estabilidad política y jurídica que necesita para operar y asegurar su sostenibilidad económica y laboral.