La novela de Barcelona
Comanegra encarga a siete autores siete novelas con un mismo personaje que atraviesa dos siglos de la historia de la capital catalana, 1818-2018
En verano de 1816, en la Villa Diodati, junto al lago Lemán, nacieron dos monstruos. Su nacimiento fue convocado por un juego propuesto por lord Byron: escribir relatos de fantasmas. Su médico, el denostado Polidori, dio forma a El vampiro, en el que después se inspiró Bram Stoker, y Mary Shelley renovó el sueño del científico que reta a Dios creando a un ser humano, Frankenstein. Dos siglos después, en un patio de Barcelona que alojó la antigua fábrica Lehmann y ahora la editorial Comanegra, su editor, Joan Sala, lanzó otro reto a siete autores y autoras catalanas de distintas generaciones, escribir cada uno de ellos una novela con dos elementos en común: Barcelona como escenario, un mismo personaje secundario que aparecería en algún momento en el relato y que atravesaría dos siglos de historia de la ciudad, de 1818 al 2018.
Barcelona, dice Joan Sala, se ha convertido en una imagen de marca de Comanegra, apoyada por el Ayuntamiento de la ciudad.
Aunque los libros están reunidos bajo un epígrafe y con un diseño común, Matar el monstre, cada novela puede ser leída de forma independiente. La serie ha sido coordinada por Francesco Ardolino, y Jordi Ruiz se ha encargado de la edición, puliendo detalles y dando coherencia a los textos.
El primero en ser publicado ha sido La primavera pendent, de Ada Castells, correspondiente al año 1818. Le seguirán La fugida d’Urània, de Susanna Rafart y Els vulnerables, de Julià de Jòdar (los dos el 7 de marzo) correspondientes a los años 1888 y 1929. Jordi Coca, ya pasado Sant Jordi, publicará Els ulls dels homes mentiders (17 de mayo), que transcurrirá en 1968. A Núria Cadenes le ha tocado el año olímpico, 1992, con Secundaris, que aparecerá en la Setmana del Llibre (septiembre). Mar Bosch Oliveras se encarga del 2004 con Vindràs en mi després del diluvi y cerrará la serie Miquel de Palol con Angélica y Rafael, que sucede en el 2018, los dos previstos para Navidades. El juego no acaba ahí: son siete novelas, pero habrá una octava invisible. Los autores no han leído lo que han escrito los otros seis, por eso no saben por dónde han conducido al personaje secundario al que obligatoriamente tenían que dar vida literaria, un personaje, pues, hecho de fragmentos escritos por otros, un Frankenstein literario.
Joan Sala repetirá la experiencia en el 2019 proponiendo otro juego literario, porque ya ha decidido que su editorial, que acaba de cumplir diez años, está madura para entrar de lleno en la narrativa catalana contemporánea. Cree que aún no es el momento para dar a conocer el nombre de los escritores que ha fichado, aunque asegura que su idea es adecuar su catálogo a un ideario programático de lo que entiende como calidad literaria y alejarse de las prácticas de editoriales que sólo actúan en base a la comercialidad del producto.
La editorial inicia su entrada en la narrativa catalana contemporánea