La última frontera del genio
LIONEL MESSI El argentino no ha sido capaz de meterle un gol al equipo londinense
Los ingredientes de una obra de William Shakespeare confluyen cuando se ponen en la batidora los nombres de Leo Messi y el Chelsea. Grandes dosis de drama deportivo, pero también brotes verdes de felicidad. Frustración, rabia y ofuscación pero también puesta de largo, brillo y presentación en sociedad. Momentos para el llanto y desesperación, pero sin obviar otros que sirvieron para ejercer de visionario y anticiparse al futuro. Todo bajo un manto de desbordante emoción. El club británico supone la última frontera para el argentino, un rival infranqueable para su dinamita, el equipo al que más veces se ha enfrentado sin lograr perforar su portería. El crack rosarino se ha quedado a cero en sus ocho partidos contra los blues. Una estadística increíble que está dispuesto a hacer saltar esta noche por los aires. De paso cumpliría con otra tradición. Messi, que se ha puesto el traje de asistente en los últimos compromisos, suma cinco partidos sin marcar. No es algo que no le haya ocurrido en otras ocasiones pero no ha ido más allá. Para encontrar una sequía mayor hay que remontarse al 2008, a la última temporada de Rijkaard. Desde entonces lleva una década amasando goles con una frecuencia endemoniada.
Por si tuviera pocos desafíos frente a un equipo al que sólo ha podido derrotar una vez, por cinco empates y dos derrotas, el muro final del Chelsea es Thibaut Courtois, un guardameta al que no supera desde el 2012. Muy comentada fue la racha de partidos jugados ante el Atlético en la campaña 2013-2014 sin que el belga concediera nada a Messi. Con sus 1,99 metros Courtois representa a un tipo de portero que suele poner en dificultades a Leo, como sucedió en el pasado con Peter Cech, antiguo inquilino de la meta del Chelsea.
De atrás hacia delante el estreno de Leo ante los londinenses resultó antológico. Campaña 2005-2006. Stamford Bridge. El ínclito José Mourinho regó el césped hasta convertirlo en una ciénaga. Pero no pudo con la determinación de Messi, que sacó de sus casillas a Del Horno con su repertorio de regates y forzó su expulsión. El Barcelona venció por 1-2, Mou extrajo de la chistera su frase de “teatro del bueno” acusando a los barcelonistas de tirarse a la piscina y el argentino se lució por primera vez ante los ojos del planeta fútbol. En la vuelta de aquel cruce inicial de Messi, el crack se lesionó en el Camp Nou ante el Chelsea. Ese percance impidió que disputara la final de París, lo cual representó una de las mayores decepciones de su carrera.
Un regusto amargo que se quitó a nivel colectivo cuando Iniesta clasificó al Barça para la final de Roma, pero que volvió a brotar con fuerza en el 2012, en las semifinales. Con todo el Camp Nou vibrando y un 2-1 en el marcador Messi falló un penalti ante los británicos. Lo lanzó al larguero como preludio del 2-2 final, que dejaba a su equipo fuera en el último compromiso europeo de Guardiola en el banquillo blaugrana. Aquella noche, en el vestuario, el argentino rompió a llorar, como revelaría tiempo después Alexis Sánchez. Quizás ha llegado el momento de secarse las lágrimas.
RECUERDOS DE TODO TIPO En el Bridge Leo dio su primer recital en Europa, pero por el Chelsea lloró en el Camp Nou