Dolors Zomeño
NUTRICIONISTA
La nutricionista Dolors Zomeño coordina el equipo que establece la dieta de los 407 participantes del hospital del Mar que están dentro del ensayo basado en la dieta mediterránea y en el que están implicadas
6.874 personas en toda España.
“¿Sabes lo cómodo que es que te den la lista de la compra?”
“Y mirar los menús que te proponen y no pensar más”.
“Te quedas siempre satisfecho, y como cosas que ni probaba”.
“He adelgazado, mucho, aunque ya sé que no era ese el objetivo. Y, claro, todos me preguntan”.
“Estoy tan bien que me han bajado la medicación”.
En la terraza del Parc de Recerca Biomédica de Barcelona, frente a la playa de la Barceloneta, Teresa José Castellà, Antonio Alvarado, Narcisa Hernández, Conchita Giralt y María Caballero explican la experiencia como voluntarios de un ensayo basado en la dieta mediterránea en el que están implicadas 6.874 personas en toda España. Todos ellos tienen problemas de hipertensión, colesterol y otras características como el tamaño de su cintura que los definen como personas sanas con alto riesgo cardiovascular. Este segundo Predimed –Predi- med plus– mantiene a los partici- pantes con distintos tipos de exigencia de alimentación y actividad física durante siete años para llegar a establecer “los mecanismos celulares y moleculares que promueven los beneficios de un estilo de vida saludable”. Alguno de los cinco participantes ya lleva casi cuatro años en el estudio.
“No, no cuesta. Bueno, yo echo de menos la fruta, de la que nunca tenía bastante”.
“Yo era muy dulcera. Ahora no compro y así lo evito. Es más, con el turrón de Navidad, me lo termino pronto para quitarlo de en medio”.
“Al principio cuesta, por ejemplo, no repetir”.
“Ahora me fijo en lo que la gente joven mete en los carros de la compra y, chica, creo que esto de- berían darlo en los colegios, aprender a ordenar la comida, que vaya qué de zumos y bollos meten ¡Ya no toman bocadillos!”.
La nutricionista Dolors Zomeño, que coordina el equipo que establece la dieta de los 407 participantes del hospital del Mar, no quiere entrar en muchos detalles, porque los voluntarios del ensayo no saben a qué grupo pertenecen de la investigación. De otro modo se podrían contaminar los resultados. Básicamente se sigue una dieta mediterránea estricta con diferentes intensidades y dando un determinado valor a la actividad física. Todos los participantes reciben aceite de oliva virgen extra, que dona el patronato olivarero de Andalucía, y nueces.
“A mí lo de las nueces a media mañana me ha costado un poco”.
“Encantada, como mejor que nunca y todo el mundo alrededor me pregunta qué hago. Yo les paso los menús”
“Y lo de no picar nada de nada entre horas. Pero luego te acostumbras”.
Al año y a los tres años, los científicos de los 23 centros españoles que forman parte de la investigación miden el peso y la adiposidad, los marcadores de riesgo cardiovascular, la calidad de vida, el estado cognitivo y síntomas de depresión, la función renal y hepática, la adherencia a la imposición dietética, la actividad física, la medicación y las alteraciones en el electrocardiograma.
“Pero lo mejor es que sabes mucho más. Te explican todo y bien claro”
“Detrás hay un soporte científico, no como esos centros de por ahí. Aquí te explican todos los porqués”.
“Y te das cuenta de muchas más cosas. Yo se lo digo a mi médico de cabecera, ‘cómo que está bien este análisis, a ver, si está lleno de asteriscos’”.
Información y una relación personalizada con cada voluntario del ensayo son piezas clave también para negociar cuando hay una boda, o por Navidad.
“Aprendes a compensar. ¿Que te tomas una paella y te pasas?, por la noche, pescado y mandarina”.
“Encantada, estoy comiendo como nunca y todo el mundo alrededor me pregunta qué hago. Yo les paso los menús”.
Así que una de las nuevas facetas del ensayo incluye el efecto contagio. Están evaluando los cambios en 400 familiares.