Los demócratas publican su contrainforme del Rusiagate
El entorno de Trump era investigado antes de su denuncia
El entorno de Donald Trump durante la campaña electoral del 2016 ya estaba siendo investigado por el FBI antes de que la administración Obama le alertara de posibles injerencias rusas, afirma el contrainforme demócrata publicado el sábado por el Comité de Inteligencia del Congreso. El documento pretende desmontar las acusaciones de Trump de que el anterior Gobierno lanzó las pesquisas por motivaciones políticas, para perjudicarle en su carrera hacia la Casa Blanca.
El texto demócrata desclasificado –su respuesta al publicado por los republicanos hace tres semanas– incluye pruebas de que el detonante de la investigación inicial contra Carter Page, exjefe de campaña de Trump, no fue el informe elaborado por el espía británico Christopher Steele y pagado por la campaña de Hillary Clinton. Page, un exbanquero antes instalado en Moscú, era objeto de vigilancia por parte del FBI desde hace varios años por sus contactos con espías rusos y fue entrevistado en marzo del 2016, el mismo mes en que se sumó al equipo del candidato presidencial.
Los republicanos sostienen como prueba de la manipulación que en ese momento no se facilitó al FBI la identidad del espía ni su relación con los demócratas. En el contrainforme se recoge la contribución del FBI, que sostiene que la usó sabiendo que provenía de alguien interesado en perjudicar a Trump. La agencia recibió la información a mediados de septiembre del 2016, varias semanas después de que hubiera abierto una investigación oficial sobre Page y otras personas por sus contactos con Rusia. El documento, de diez páginas, tiene abundantes pasajes censurados por motivos de seguridad.
El contrainforme demócrata destaca también que las peticiones de vigilancia fueron aprobadas por cuatro jueces adscritos a los republicanos y que pruebas obtenidas por otros medios, que sustentaban las averiguaciones de Steel, se usaron para pedir la renovación de la intervención de las comunicaciones a Page. En resumen, la investigación demócrata “no ha encontrado ninguna prueba de conducta ilegal o contraria a la ética” por parte de el FBI y el Departamento de Justicia, defendió su jefe de filas en el Comité de Inteligencia del Congreso, Adam B. Schiff. Para los republicanos, en cambio, el documento es “un intento extenso pero en absoluto convincente de distraer la atención respecto a las averiguaciones clave” del Comité, dijeron ayer en un comunicado.
Trump bloqueó su publicación hace dos semanas. La luz verde a su versión desclasificada en pleno fin de semana ha sorprendido a los demócratas, que lo atribuyen a un intento de reducir la atención pública. “Creo que la Casa Blanca ha intentado enterrarlo todo el tiempo que ha podido”, declaró Schiff al Washington Post. Hacer público el informe un sábado por la tarde “no es algo que haces cuando piensas que te ha dado la razón” sino si crees que “los hechos no te dejan en buen lugar”. A través de su cuenta de Twitter, Trump calificó el documento demócrata de un “Fracaso político y social total. Confirma todas las cosas terribles que se hicieron. ¡Tan ilegal!”.
La investigación de la trama rusa por parte del fiscal especial Robert Mueller no ha arrojado ninguna prueba de colaboración entre Moscú y la campaña de Trump, aunque sus exasesores estén acusados de graves cargos por sus actividades profesionales relacionadas con Rusia.
El FBI sabía que la información contra el exjefe de campaña de Trump venía de alguien que quería perjudicarle