La oposición rusa honra a Nemtsov tres años después de su asesinato
Miles de manifestantes siguen pidiendo una investigación hasta el final
Borís Nemtsov es un símbolo para la oposición liberal rusa más descontenta con el Kremlin. Así lo demostraron ayer miles de personas que se manifestaron en varias ciudades de Rusia para rendirle homenaje tres años después de que unos sicarios lo mataran por la espalda en pleno centro de Moscú. También fue ocasión para mostrar su rechazo al presidente ruso, Vladímir Putin, con gritos y pancartas como “¡Basta de robar y guerrear!” o “Estoy contra la anexión de Crimea”, repitiendo así la posición de Nemtsov respecto a la política de Rusia en la vecina Ucrania.
La marcha de Moscú también fue escenario de una exigencia política: la necesidad de elecciones justas. La petición tiene importancia a menos de un mes para las próximas elecciones presidenciales, que se celebrarán el 18 de marzo y que con total seguridad ganará Putin para estar otros seis años en el poder. Dos de los candidatos en esos comicios participaron ayer en la manifestación: Grigori Yavlinski, fundador del partido liberal Yábloko; la presentadora de televisión Ksenia Sobchak, a la que apoya el partido Iniciativa Ciudadana, y el líder opositor Alexei Navalni.
Nemtsov, que en la década de 1990 llegó a ser viceprimer ministro con Borís Yeltsin, pasó a la oposición con Putin. En la noche del 27 de febrero del 2015 paseaba por un puente cerca de los muros del Kremlin cuando un pistolero lo mató desde un coche. Tenía 55 años.
En julio del año pasado un tribunal de Moscú condenó a cinco hombres originarios de Chechenia (Cáucaso). El pistolero, Zaúr Dadáev, tiene que cumplir una pena de 20 años de prisión; para el resto, la condena varió entre 11 y 19 años.
Las autoridades rusas, sin embargo, han reconocido que no saben quién organizó el complot. Y tampoco tienen el nombre del autor intelectual del crimen. Consideran, sin embargo, que lo organizó otro checheno: Ruslán Mujudínov, actualmente en busca y captura.
Mujudínov era el chófer de Ruslán Guereméyev, subcomandante del batallón Séver (norte) de la Policía chechena y en el que servía Dadáev. La familia de Nemtsov se queja de que, a pesar de estos hechos, no fuera imputado. Guereméyev es una persona próxima al entorno del presidente checheno, Ramzán Kadírov. La Fiscalía ni siquiera interrogó a nadie vinculado a Kadírov.
El asesinato de Nemtsov se añade a la lista de grandes crímenes que en Rusia no se han resuelto hasta el final, y entre los que se incluye el de la periodista de investigación Anna Politkóvskaya en el 2006. Un
La marcha se convierte en una protesta contra Putin, “responsable político del asesinato”, según Yavlinski
grupo de manifestantes llevaba ayer una pancarta recordando que aún no se ha aclarado: “No olvidaremos, no perdonaremos”. “El asesinato de Nemtsov es un acto de terror político. Toda la responsabilidad política de la muerte de Nemtsov la tiene el actual presidente Putin”, dijo Yavlinski al canal Dozhd (TVRain).
Rindieron homenaje a Nemtsov ayer en Moscú 7.600 personas, según Bieli Schótchik, una oenegé que se dedica a contar el número de participantes en manifestaciones; 4.500, según la policía. En San Petersburgo se reunieron 2.000, según los organizadores; 350, por los números de la policía. También hubo manifestaciones en su honor en ciudades como Yekaterimburgo (Urales), Novosibirsk (Siberia) o Kazán (Volga).