La Vanguardia

El M5E de Grillo, primer partido en Italia, sin mayoría

La coalición de centrodere­cha suma más votos que los nuevos populistas Los sondeos a pie de urna auguran una difícil formación de gobierno

- ANNA BUJ Roma. Correspons­al

Italia ha votado con el estómago. Ha ganado el hartazgo. El nuevo populismo del Movimiento 5 Estrellas (M5E) ha sido el vencedor de unas elecciones que no allanan el camino hacia la gobernabil­idad, pero que despejan el futuro de esta joven formación que promete acabar con los cánones políticos preestable­cidos.

Según los sondeos a pie de urna, el partido liderado por el joven Luigi Di Maio, de sólo 31 años, ha vencido las legislativ­as con entre el 29,5% y el 32,5% de los votos. Con estos datos prematuros, los grillini superarían el 30% marcado como objetivo y se ratifican como el primer partido de Italia, por encima del porcentaje que obtuvieron en el 2013 (25,6%). “Si los datos se confirman, todos los partidos tendrán que hablar con nosotros”, dijo Alessandro Di Battista, número dos del M5E.

Si los resultados definitivo­s lo confirman, el grillino moderado puede ahora intentar presentars­e ante el Quirinal como fuerza mayoritari­a para pedir el encargo de un gobierno. Durante la campaña ha repetido que su objetivo es ser apoyado por el resto de los partidos en pactos concretos.

El otro vencedor de las elecciones sería la coalición de centrodere­chas del ex primer ministro Silvio Berlusconi. Las encuestas tras el cierre de los colegios les otorgaron entre el 33% y el 36% del voto total sumando los tres partidos que la integran, Forza Italia de Il Cavaliere (12,5%-15,5%), la Liga de Matteo Salvini (13%-16%) y Hermanos de Italia de Georgia Meloni (3,5%5,5%). Estas cifras, todavía sin confirmar, auguran una lucha larga durante el día de hoy para ver si el ultraderec­hista Salvini logra rebasar por un voto más al viejo caimán de la política italiana. Si Salvini se impone como primer socio de coalición reclamará el puesto de posible primer ministro que han firmado. La reconversi­ón de la Liga en un partido ultraderec­hista de alcance nacional ha funcionado muy bien para su líder, que habría triplicado el 4% de los votos del 2013.

El gran derrotado de la noche es el Partido Demócrata de Matteo Renzi, que sólo habría conseguido entre el 20% y el 23% del apoyo popular. Los italianos le han castigado por faltar a su promesa de retirarse de la política tras perder la consulta por la reforma constituci­onal del 2016. Renzi, uno de los líderes peor valorados de Italia, será ahora muy cuestionad­o en sus propias filas pese a haber ganado el mandato de secretario del PD hasta el 2021. Para él estas elecciones suponían un segundo referéndum. El PD tenía en la cabeza el umbral del 25%, el resultado que obtuvieron hace cinco años con el izquierdis­ta Pierluigi Bersani al frente, y se habían marcado el 20% como una catástrofe. El líder del grupo en la Cámara, Ettore Rosato, dijo que estos resultados suponen “una derrota” y pasarán a la oposición.

Las encuestas a pie de urna también señalan que +Europa de Emma Bonino estaría luchando por entrar en el Parlamento con entre el 2% y el 4% de los votos mientras que Libres e Iguales, la nueva fuerza de izquierdas de los salientes del PD, se estrenaría con entre el 3% y el 5%. Los neofascist­as del CasaPound, en cambio, no habrían conseguido entrar tras contaminar la campaña electoral.

Los italianos se han despertado así con el peor escenario sobre la mesa, sin una mayoría que pueda garantizar el gobierno y con un rompecabez­as de tres bloques muy diferencia­dos que impiden la gobernabil­idad. Ninguna de las opciones alcanzaría el umbral del 40% que marca la nueva ley electoral Rosatellum. Al final será el presidente de la República, Sergio Matarella, quien deberá encargar la formación de un gobierno basándose en el mapa parlamenta­rio. No será una tarea fácil: todos los analistas avisan que Montecitor­io podría quedarse en pausa durante semanas.

Si no se consigue, todas las miradas estarán puestas en la ley electoral. Otra salida es que se nombre a un ejecutivo temporal para poder redactar una nueva normativa. Así lo pedía La Repubblica: “El error cometido con Rosatellum es una responsabi­lidad de todo el Parlamento saliente. Basta con mirar como hace menos de un año Francia con el doble turno salió de un impasse de un sistema de partidos muy similares a los nuestros”, escribe Claudio Tito.

Las largas colas desde primera hora de la mañana no reflejaron la participac­ión. Al final estuvo alrededor del 74%, la más baja de la historia. Por primera vez desde el 2001, los italianos votaban la composició­n de sus cámaras en un solo día. Lo hicieron durante muchísimas horas, desde las siete de la mañana y hasta las once de la noche, cuando comenzaron a salir los primeros sondeos. Italia es un país con una alta tradición de asistencia a las mesas. Hasta ahora, el récord negativo lo marcaron las pasadas legislativ­as del año 2013, con un 75,2% de participac­ión. Antes siempre había rondado el 80%.

“Es un ejercicio de democracia, y también una forma de deber cívico que se ejercita. Si queremos contribuir al crecimient­o del bien común debemos todos hacer nuestra contribuci­ón. Es un derecho y un deber”, explicaba un sacerdote de la curia del Vaticano, que se acercó por la mañana a un colegio electoral. Italia ha votado. Ahora es el momento del laberinto de los pactos.

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CARLO HERMANN / AFP El candidato a primer ministro por el Movimiento 5 Estrellas, Luigi Di Maio, votó en Nápoles

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