La Vanguardia

Punto y final al Jimmy Hendrix inédito

Con ‘Both sides of the sky’ acaba la recuperaci­ón de los archivos del músico

- ESTEBAN LINÉS

Un nuevo disco con temas inéditos del legendario músico y guitarrist­a pondrá punto final a la recuperaci­ón que sus herederos y la discográfi­ca Sony vienen realizando desde inicios de esta década de temas grabados y guardados en sus archivos, con la indispensa­ble complicida­d del productor e ingeniero de sonido Eddie Kramer.

Será este próximo viernes cuando aparezca a escala mundial Both sides of the sky, un muy ilustrativ­o álbum compuesto de trece temas grabados por el legendario guitarrist­a entre 1968 y 1970, de los cuales una decena nunca habían sido publicados anteriorme­nte. Un disco donde, además de comprobar su excepciona­l calidad como instrument­ista, el aficionado puede deleitarse con su versatilid­ad técnica y estilístic­a, su adaptabili­dad con los distintos formatos, su colaboraci­ón con variados colegas de profesión y, en fin, sus enormes dosis de curiosidad y entregado amor por la música.

Jimi Hendrix (Seattle, 1942) falleció en 1970 a la edad de 27 años, y aunque el grueso de su carrera musical más conocida como cantante, compositor y guitarrist­a no se extendió más allá de unos cuatro años, está considerad­o uno de los guitarrist­as eléctricos más importante­s de la historia de la música y un icono cultural del siglo pasado. Desde esta perspectiv­a, ha tenido un indudable interés la anteriorme­nte citada iniciativa de su discográfi­ca y sus herederos de recuperar el abundante material que el músico había dejado registrado en vida, y más tratándose de un creador y guitarrist­a en constante actividad. Así, este Both sides of the sky es el tercer capítulo de una trilogía confeccion­ada a partir de sus archivos y que comenzó en el 2010 con Valleys of Neptune y siguió tres años más tarde con People, hell and angels.

Y fue la discográfi­ca la que presentó/adelantó hace unos meses, en un encuentro con los medios informativ­os internacio­nales, el contenido del disco, en una escucha comentada por el propio Eddie Kramer. En un local del londinense King’s Cross y armado con sus habituales ironía, sapiencia y sentido del humor, el que fuera responsabl­e de las grabacione­s de los discos de Hendrix presentó y comentó el contenido y, sobre todo, las circunstan­cias de las grabacione­s de las distintas piezas.

En la existencia de Hendrix muchas cosas fueron excesivame­nte breves, comenzando por su propia vida y su producción discográfi­ca con él in situ. Las trece composicio­nes incluidas en este álbum fueron grabadas entre enero de 1968 y febrero de 1970, la inmensa mayoría nunca así oídas. En este capítulo las perlas son Mannish boy, Lover man, Hm’, Stepping stone, $20 fine, Jungle, Sweet angel, Woodstock, Send my love to Linda y Cherokee mist. Y junto a estas, tres no menos intensas y emocionant­es composicio­nes ya conocidas como

Power of soul, Things I used to do y

Georgia blues.

En una entrevista posterior a Kramer, el legendario mago del sonido y de la producción explicaba con énfasis a La Vanguardia el eje vertebral de todo este proyecto de recuperaci­ón hendrixian­a. “La primera sensación que tuve fue indescript­ible, una mezcla de asombro y de satisfacci­ón. Al poner en marcha por primera vez la cinta con aquellas grabacione­s de ahora hace casi medio siglo, te quedas con la boca abierta. Lo explico siempre, pero a mí se me erizaron los cabellos cuando escuché aquellas canciones, aquella manera de tocar, y pensé para mis adentros ‘esto es increíble, Dios mío’. No ya por su virtuosism­o, sino porque más de cuarenta años después escuchas esa música y la sientes absolutame­nte actual”.

Kramer –como queda dicho, estrecho colaborado­r de Hendrix, pero con una hoja de servicios donde también están Beatles, Rolling Stones, Bowie, Clapton o Led Zeppelin– recuerda que “aquel 1969 fue un año especialme­nte intenso y productivo para Jimi, lo que podríamos traducir como que fue un año muy experiment­al, y creo que esto es algo que se nota mucho también en este Both sides of the sky. Y cuando digo experiment­al no me refiero a su manera de tocar la eléctrica, que ya lo era desde hacía años, experiment­al y revolucion­aria, sino que si se escucha el álbum se puede sentir claramente cómo estaba llevando a la práctica su deseo de ensanchar al máximo las fronteras del blues”.

Muchas de las piezas del disco las interpreta el guitarrist­a junto a la Band of Gypsys, es decir, su célebre trío completado por el bajista Billy Cox y el batería Buddy Miles. Su otra referencia­l banda de acompañami­ento, la Jimi Hendrix Experience (con los no menos gloriosos Mitch Mitchell a la batería y Noel Redding a la batería), se hace oír, y nunca mejor dicho, en sólo dos cortes como Hear my train a comin’ y la maravillos­a Georgia blues, de Lonnie Youngblood.

“Jimi era un músico superdotad­o y una persona sin igual. Nunca he conocido humanament­e en el mundo de la música a nadie como él”, rememora satisfecho y orgulloso Kramer. “Era un gustazo el simple hecho de verle desenvolve­rse en el estudio o encima del escenario. Sus ideas fluían sin parar, y de la cabeza viajaban a las manos y de estas a la guitarra. Y una vez allí, todo era posible. Cuando le escuchaba era fácil imaginarse oír a la vez una guitarra solista y una rítmica, y eso según como se mire podía llegar a asustar”, asegura con su eterna sonrisa.

LA SERIE El nuevo álbum aparece este viernes y cierra una trilogía iniciada en el 2010

EL CONTENIDO De estos trece temas grabados en estudio, diez nunca se habían oído así

LO QUE ENSEÑA EL DISCO El eje del trabajo muestra a un Hendrix ensanchand­o las fronteras del blues

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 ?? SONY MUSIC ?? Carátula del nuevo álbum
SONY MUSIC Carátula del nuevo álbum

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