Punto y final al Jimmy Hendrix inédito
Con ‘Both sides of the sky’ acaba la recuperación de los archivos del músico
Un nuevo disco con temas inéditos del legendario músico y guitarrista pondrá punto final a la recuperación que sus herederos y la discográfica Sony vienen realizando desde inicios de esta década de temas grabados y guardados en sus archivos, con la indispensable complicidad del productor e ingeniero de sonido Eddie Kramer.
Será este próximo viernes cuando aparezca a escala mundial Both sides of the sky, un muy ilustrativo álbum compuesto de trece temas grabados por el legendario guitarrista entre 1968 y 1970, de los cuales una decena nunca habían sido publicados anteriormente. Un disco donde, además de comprobar su excepcional calidad como instrumentista, el aficionado puede deleitarse con su versatilidad técnica y estilística, su adaptabilidad con los distintos formatos, su colaboración con variados colegas de profesión y, en fin, sus enormes dosis de curiosidad y entregado amor por la música.
Jimi Hendrix (Seattle, 1942) falleció en 1970 a la edad de 27 años, y aunque el grueso de su carrera musical más conocida como cantante, compositor y guitarrista no se extendió más allá de unos cuatro años, está considerado uno de los guitarristas eléctricos más importantes de la historia de la música y un icono cultural del siglo pasado. Desde esta perspectiva, ha tenido un indudable interés la anteriormente citada iniciativa de su discográfica y sus herederos de recuperar el abundante material que el músico había dejado registrado en vida, y más tratándose de un creador y guitarrista en constante actividad. Así, este Both sides of the sky es el tercer capítulo de una trilogía confeccionada a partir de sus archivos y que comenzó en el 2010 con Valleys of Neptune y siguió tres años más tarde con People, hell and angels.
Y fue la discográfica la que presentó/adelantó hace unos meses, en un encuentro con los medios informativos internacionales, el contenido del disco, en una escucha comentada por el propio Eddie Kramer. En un local del londinense King’s Cross y armado con sus habituales ironía, sapiencia y sentido del humor, el que fuera responsable de las grabaciones de los discos de Hendrix presentó y comentó el contenido y, sobre todo, las circunstancias de las grabaciones de las distintas piezas.
En la existencia de Hendrix muchas cosas fueron excesivamente breves, comenzando por su propia vida y su producción discográfica con él in situ. Las trece composiciones incluidas en este álbum fueron grabadas entre enero de 1968 y febrero de 1970, la inmensa mayoría nunca así oídas. En este capítulo las perlas son Mannish boy, Lover man, Hm’, Stepping stone, $20 fine, Jungle, Sweet angel, Woodstock, Send my love to Linda y Cherokee mist. Y junto a estas, tres no menos intensas y emocionantes composiciones ya conocidas como
Power of soul, Things I used to do y
Georgia blues.
En una entrevista posterior a Kramer, el legendario mago del sonido y de la producción explicaba con énfasis a La Vanguardia el eje vertebral de todo este proyecto de recuperación hendrixiana. “La primera sensación que tuve fue indescriptible, una mezcla de asombro y de satisfacción. Al poner en marcha por primera vez la cinta con aquellas grabaciones de ahora hace casi medio siglo, te quedas con la boca abierta. Lo explico siempre, pero a mí se me erizaron los cabellos cuando escuché aquellas canciones, aquella manera de tocar, y pensé para mis adentros ‘esto es increíble, Dios mío’. No ya por su virtuosismo, sino porque más de cuarenta años después escuchas esa música y la sientes absolutamente actual”.
Kramer –como queda dicho, estrecho colaborador de Hendrix, pero con una hoja de servicios donde también están Beatles, Rolling Stones, Bowie, Clapton o Led Zeppelin– recuerda que “aquel 1969 fue un año especialmente intenso y productivo para Jimi, lo que podríamos traducir como que fue un año muy experimental, y creo que esto es algo que se nota mucho también en este Both sides of the sky. Y cuando digo experimental no me refiero a su manera de tocar la eléctrica, que ya lo era desde hacía años, experimental y revolucionaria, sino que si se escucha el álbum se puede sentir claramente cómo estaba llevando a la práctica su deseo de ensanchar al máximo las fronteras del blues”.
Muchas de las piezas del disco las interpreta el guitarrista junto a la Band of Gypsys, es decir, su célebre trío completado por el bajista Billy Cox y el batería Buddy Miles. Su otra referencial banda de acompañamiento, la Jimi Hendrix Experience (con los no menos gloriosos Mitch Mitchell a la batería y Noel Redding a la batería), se hace oír, y nunca mejor dicho, en sólo dos cortes como Hear my train a comin’ y la maravillosa Georgia blues, de Lonnie Youngblood.
“Jimi era un músico superdotado y una persona sin igual. Nunca he conocido humanamente en el mundo de la música a nadie como él”, rememora satisfecho y orgulloso Kramer. “Era un gustazo el simple hecho de verle desenvolverse en el estudio o encima del escenario. Sus ideas fluían sin parar, y de la cabeza viajaban a las manos y de estas a la guitarra. Y una vez allí, todo era posible. Cuando le escuchaba era fácil imaginarse oír a la vez una guitarra solista y una rítmica, y eso según como se mire podía llegar a asustar”, asegura con su eterna sonrisa.
LA SERIE El nuevo álbum aparece este viernes y cierra una trilogía iniciada en el 2010
EL CONTENIDO De estos trece temas grabados en estudio, diez nunca se habían oído así
LO QUE ENSEÑA EL DISCO El eje del trabajo muestra a un Hendrix ensanchando las fronteras del blues