La Vanguardia

La soprano María Bayo gana un pleito por despido improceden­te en Bilbao

El TSJPV condena a la ABAO por recusar a la cantante en un ‘Don Giovanni’

- MARICEL CHAVARRÍA

Por primera vez en sus treinta años de carrera, la soprano navarra María Bayo ha sido víctima de la cláusula de recusación que incluyen los contratos con artistas en, entre otros, los teatros de ópera. Una medida que no deja de tener su lógica, pues le obliga a llegar con el papel preparado, a estar en condicione­s de cantarlo, a presentars­e a los ensayos... Se aplica raras veces, aunque hubo un tiempo en que los directores musicales disponían de una prebenda digna de los dioses: la llamada protesta del maestro (clausula di protesta en el derecho laboral italiano), según la que bastaba que el director dijera que no quería a un cantante para que este se fuera sin un céntimo y deseando que no trascendie­ra el bochorno.

Esta posibilida­d, sin embargo, va a dejar de existir desde que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (RSJPV) ha fallado en favor de María Bayo en el litigio que la cantante ha tenido con la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO). Esta la había contratado para cantar Doña Elvira en una producción de Don Giovanni, pero no la defendió –según la artista– cuando la directora musical quiso recusarla al primer día de ensayos. El Tribunal de segunda instancia crea así jurisprude­ncia al considerar que dicha cláusula, que permite unilateral­mente y sin explicació­n finalizar un contrato, es “abusiva”, según explica Mireia Sabaté, socia de Baker McKenzie, el bufete que representa a la artista. Eso significa, según el bufete, que en España ya no puede aplicarse la cláusula como hasta ahora y es preciso un tercer criterio independie­nte para prescindir de un cantante sobre la opinión de su ineptitud artística.

Los hechos se remontan al 1 de febrero del 2017, cuando María Bayo llegó a Bilbao para interpreta­r cuatro funciones de Don Giovanni. Tras la primera jornada de ensayos con la directora musical KeriLynn Wilson, el director artístico Cesidio Niño –que la había elegido y contratado dos años antes– y ocho cantantes del elenco, fue convocada al día siguiente para un ensayo escénico a solas, prueba en la que, al no ser obligatori­o, no cantó a voz. Pero Wilson –la directora canadiense casada con el director del Met de Nueva York, Peter Gelb– manifestó su intención de recusar a la soprano porque “no tenía volumen de voz suficiente, por falta de afinación y por dificultad­es en agudos”, y por desajustes de tempo.

“No me dieron el tiempo siquiera para trabajar”, alega la soprano, que había debutado en ese papel para soprano lírica el año anterior, en el Teatro Colón de Buenos Aires. “Es una cláusula excesiva no ya para mí, que llevo 30 años en la profesión, sino para los jóvenes que no pueden denunciar porque se juegan que no les llamen más”, añade.

La Sala de lo Social del TSJPV declaró el jueves “improceden­te” el despido de la soprano y condenó a la ABAO a indemnizar­la con 3.366 euros –por los ensayos– o a abonarle 34.677 en concepto de salarios de tramitació­n.

El Tribunal considera abusiva la cláusula de recusación, que a partir de ahora no podrá usarse como se hacía

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain