“Tranquilidad, no es definitivo”
Había tres cosas que Ernesto Valverde tenía claro antes del partido de ayer. Y los 90 minutos se lo refrendaron. El técnico no tenía dudas de que el Barcelona daría la cara contra el Atlético. “Somos un equipo que da cierta garantía. Dije que íbamos a competir bien y así ha sido. Estoy orgulloso”, aplaudió. El entrenador intuía que habría un momento en que el Atlético empujaría. “Sabíamos que el paso de minutos iba en contra nuestra. Hemos sufrido porque para ganar al Atlético hay que sufrir”, razonó. Y, por último, consideró que, pese al resultado y a la diferencia en el liderato, no hay que lanzar las campanas al vuelo. “Para nosotros era un partido fundamental: de tener al segundo a 8 puntos o a 2. Pero no es definitivo porque queda mucho por jugarse. Hemos dado un paso pero ya sabemos cómo es esto. Tranquilidad, porque esto es muy largo”, recetó.
Según Valverde, el guion fue el previsto y no vio peligrar el triunfo. “Cuando tenían en el campo a Costa, Griezmann y Gameiro piensas que te puede caer el gol. No les hace falta mucho para marcar. Estás intranquilo por eso. Pero hemos defendido muy bien contra un equipo poderoso en el juego aéreo”, dijo, antes de reconocer que “el espíritu competitivo del Atlético es un ejemplo para nosotros”.
Al Txingurri le comentaron que Simeone había dicho que, con Messi vestido de rojiblanco, el Atlético hubiese ganado. Valverde no se lo quiso ni imaginar. “¿Para qué? Leo está con nosotros y no hay uno igual en el mundo”, respondió. El argentino, por tercer partido seguido, decidió de falta directa. “Cuando estaba en el equipo contrario siempre pensaba que marcaría gol en cada falta. Ahora estás esperanzado, casi empujando para que marque, pero lo mejor es dejarle hacer. Yo no le digo cómo tiene que chutarlas”, bromeó.
El técnico lamentó la lesión de Iniesta, más grave de lo pensado al principio cuando siguió jugando. “Andrés es inigualable, un poco como Messi. Tiene unas características que le hacen único. Perdemos mucho sin él. Estaba haciendo un partido increíble”. En el lugar del manchego, en vez de a Dembélé, dio entrada a André Gomes, que fue silbado. “Yo también he oído aplausos”, recordó. “El público puede manifestarse como crea conveniente. A mí me gusta que se anime a los jugadores cuando les salen mal las cosas porque pienso que así el jugador estará más reforzado. Pero al público hay que conquistarlo”.