El Nàstic se hunde en su casa
Ni avanzándose muy temprano en un arranque esperanzador encontró ayer el Nàstic la manera de acabar con su dinámica horripilante en el Nou Estadi. El equipo no gana en Tarragona desde diciembre, es el peor local con nueve derrotas en catorce partidos, y sigue acercándose al precipicio. Tras el nuevo descalabro, ayer ante un Tenerife que no ganaba lejos del Heliodoro Rodríguez desde agosto, se quedan a un solo punto del descenso los de Nano Rivas, tercer entrenador grana del curso.
El fútbol de combinación, con una buena asistencia de Maikel Mesa, lo transformó Tete en el 1-0. Pero sin tiempo de saborear lo que es ir ganando en casa, llegó el 1-1 con un gran disparo desde fuera del área de Juan Villar. Faltó mucho oficio en la zaga local. El empate fue un mazazo casi definitivo para un Nàstic tan frágil como an- sioso en el Nou Estadi. En el mismo inicio trepidante, con idas y venidas, sin pausa, a punto estuvo Kakabadze de volver a avanzar al Nàstic, pero una mano de Dani bien pegada al poste evitó el 2-1. Justo después, tras el aviso en forma de un cabezazo de Aveldaño al travesaño, llegó el 1-2, de nuevo de Juan Villar, empujando a gol una jugada colectiva que desnudó las debilidades del Nàstic.
Hasta el final no dieron nunca la sensación los tarraconenses de poder remontar. Al Tenerife le sobró dar un paso atrás y esperar a la contra, con un par de jugadas al final muy claras para el 1-3. Para el lamento grana, un gol de Barreiro anulado por un fuera de juego muy justo.