Venezuela lanza su criptomoneda para eludir el embargo internacional
Venezuela ha empezado este mes los trámites para la emisión de su criptomoneda petro, por un valor de 4.800 millones de euros. Es la primera operación de este tipo lanzada por un Estado y no por un empresa. “Se trata en realidad de una emisión de deuda encubierta para superar el embargo internacional”, asegura Ángel García, de la consultora Econométrica. Así lo interpreta también Estados Unidos, que ya ha avisado que la compra de petros constituiría una violación de la prohibición. A nivel interno, también hay problemas porque las emisiones de deuda deben ser autorizadas por la Asamblea, algo que no ha ocurrido.
Si se pasa a examinar los detalles técnicos, hay elementos controvertidos. “Es un proyecto difícil de juzgar. Esperamos que los inversores institucionales no participen. Hay un embargo en vigor y corren el riesgo de no recuperar el dinero que pongan”, comenta Sebastian Markowsky, director de director del banco de inversión GP.Bullhound.
El presidente Nicolás Maduro indicó que el petro sería respaldado por barriles de petróleo venezolano, en concreto las reservas de la falda del Orinoco. Ahora bien, por lo general, el valor de las criptomonedas es el resultado de la oferta y de la demanda que le dan sus usuarios y Caracas sólo hace hincapié en que el precio de la cesta petrolera serviría como referencia del petro. “El precio es complicado de medir. Porque el respaldo de las reservas petroleras se basa en unos recursos poco definidos y de valor comercial incierto”. La producción de crudo de Venezuela se ha desplomado al mínimo de los últimos 30 años. “El petro parece más bien un intento desesperado de conseguir dinero por parte de un Estado”, dice Jake Yocom-Piatt, impulsor de la divisa digital autónoma Decred.
Otra peculiaridad es que el petro está centralizado por un intermediario, en este caso el Gobierno central. “Debe considerarse que la autoridad central es un Gobierno que cuenta con poca credibilidad debido a políticas fallidas. Por tanto, se crea un ambiente de desconfianza entre los posibles inversores. ¿Qué puede ofrecer un petro?”, se pregunta García, de Econométrica.
El Gobierno venezolano (aseguró que se podrá pagar impuestos con el petro) dijo que quien quiera cambiar se les pagará en bolivares (y no con activos fijos), una moneda muy devaluada. El billete de mayor denominación, el de 100.000 bolívares, equivale a 50 centavos de dólar. La tasa de inflación prevista para este año es del 10.000%.
Maduro se jactó la pasada semana de haber registrado en la preventa dirigida a privados una intención de compra de 600 millones de euros, pero no aportó ninguna prueba concreta. “Asistimos a los últimos días del dólar”, proclamó. “Estamos ante una criptomoneda que no es cripto, respaldada por reservas que no los son, que sólo se puede monetizar con una producción que está colapsando y expedida por un Gobierno en default y sin dólares”, dijo el economista Francisco Monaldi, del Baker Institute Policy. “El petro lo único que hará será permitir lavado de dinero”, concluye Ángel García.