La Vanguardia

Venezuela lanza su criptomone­da para eludir el embargo internacio­nal

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

Venezuela ha empezado este mes los trámites para la emisión de su criptomone­da petro, por un valor de 4.800 millones de euros. Es la primera operación de este tipo lanzada por un Estado y no por un empresa. “Se trata en realidad de una emisión de deuda encubierta para superar el embargo internacio­nal”, asegura Ángel García, de la consultora Econométri­ca. Así lo interpreta también Estados Unidos, que ya ha avisado que la compra de petros constituir­ía una violación de la prohibició­n. A nivel interno, también hay problemas porque las emisiones de deuda deben ser autorizada­s por la Asamblea, algo que no ha ocurrido.

Si se pasa a examinar los detalles técnicos, hay elementos controvert­idos. “Es un proyecto difícil de juzgar. Esperamos que los inversores institucio­nales no participen. Hay un embargo en vigor y corren el riesgo de no recuperar el dinero que pongan”, comenta Sebastian Markowsky, director de director del banco de inversión GP.Bullhound.

El presidente Nicolás Maduro indicó que el petro sería respaldado por barriles de petróleo venezolano, en concreto las reservas de la falda del Orinoco. Ahora bien, por lo general, el valor de las criptomone­das es el resultado de la oferta y de la demanda que le dan sus usuarios y Caracas sólo hace hincapié en que el precio de la cesta petrolera serviría como referencia del petro. “El precio es complicado de medir. Porque el respaldo de las reservas petroleras se basa en unos recursos poco definidos y de valor comercial incierto”. La producción de crudo de Venezuela se ha desplomado al mínimo de los últimos 30 años. “El petro parece más bien un intento desesperad­o de conseguir dinero por parte de un Estado”, dice Jake Yocom-Piatt, impulsor de la divisa digital autónoma Decred.

Otra peculiarid­ad es que el petro está centraliza­do por un intermedia­rio, en este caso el Gobierno central. “Debe considerar­se que la autoridad central es un Gobierno que cuenta con poca credibilid­ad debido a políticas fallidas. Por tanto, se crea un ambiente de desconfian­za entre los posibles inversores. ¿Qué puede ofrecer un petro?”, se pregunta García, de Econométri­ca.

El Gobierno venezolano (aseguró que se podrá pagar impuestos con el petro) dijo que quien quiera cambiar se les pagará en bolivares (y no con activos fijos), una moneda muy devaluada. El billete de mayor denominaci­ón, el de 100.000 bolívares, equivale a 50 centavos de dólar. La tasa de inflación prevista para este año es del 10.000%.

Maduro se jactó la pasada semana de haber registrado en la preventa dirigida a privados una intención de compra de 600 millones de euros, pero no aportó ninguna prueba concreta. “Asistimos a los últimos días del dólar”, proclamó. “Estamos ante una criptomone­da que no es cripto, respaldada por reservas que no los son, que sólo se puede monetizar con una producción que está colapsando y expedida por un Gobierno en default y sin dólares”, dijo el economista Francisco Monaldi, del Baker Institute Policy. “El petro lo único que hará será permitir lavado de dinero”, concluye Ángel García.

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