Los BID, la esperanza para salvar el comercio local
Nueva alternativa a la uniformidad de los ejes urbanos
El comercio tradicional urbano afronta una profunda crisis de modelo por la presión del comercio electrónico y la competencia de los grandes operadores multinacionales. Ciudades como Barcelona, València o Madrid, auténticas potencias del sector, con una alta densidad de establecimientos y una gran diversidad de operadores, buscan soluciones que pasan por la profesionalización de las asociaciones comerciales, entidades que desarrollan políticas promocionales y acciones conjuntas, así como la implicación de todos los operadores.
“Actualmente, muchas de las grandes marcas no aportan cuotas a las asociaciones, ya que es una decisión voluntaria”, denuncian desde Retailcat. La asociación comercial catalana apuesta abiertamente por los BID (bussines improvement districts o distritos de mejora de negocio) como “herramientas de gestión de los ejes comerciales para garantizar su profesionalización y la autosuficiencia económica”.
Los BID, un modelo de gestión de áreas comerciales urbanas de origen británico, consisten en crear una asociación más fuerte, con aportaciones obligatorias de todos los operadores y con planes a cuatro o cinco años que permiten desarrollar una estrategia a medio y largo plazo. “No es la única fórmula, pero sí es muy recomendable para impulsar el modelo urbano, actualmente muy presionado por el ecommerce y la omnipresencia de los grandes operadores y la falta de colaboración y de profesionalización no hacen más que agravar la situación”, apunta Carlos Carrasco, investigador del departamento de dirección estratégica público-privada de Iese, que ha elaborado el estudio Comercio urbano: lógica y estrategia en espacios públicos. Según el estudio, los BID pueden evitar la proliferación de locales vacíos o la uniformidad de zonas comerciales urbanas.
“Los BID utilizan herramientas competitivas similares a los centros comerciales y supondrían un fuerte impulso para el comercio local”, apunta Joan Carles Calbet, presidente de Retalicat. La organización consiguió que la Generalitat incluyera la implantación de los BID en la nueva ley de comercio y actualmente se elabora el reglamento.
El barrio de Sant Andreu ha desarrollado un plan piloto de BID impulsado por el Ajuntament de Barcelona y financiado con fondos de la UE a través de la Cambra de Comerç de Barcelona. “Tenemos el proyecto para el eje comercial de Gran de Sant Andreu, que incluye unas 200 tiendas”, explica Prósper Puig, que preside la asociación. “Tener asegurados los recursos económicos te permite elaborar planes a largo plazo; creemos que en Sant Andreu permitirá modernizar muchos establecimientos”, señala. Otro ejemplo de la posible implantación de un BID sería el eje Terrassa Centre, que a través de un acuerdo con el ayuntamiento ya aplica medidas de gestión privada en aspectos como el mantenimiento del espacio público y el impulso de actividades comerciales y culturales en el centro neurálgico de la ciudad.