La Vanguardia

Comprando

- Pedro Nueno

Desde los inicios de mi carrera, una de las formas de estar al día y en contacto con la realidad empresaria­l me pareció que podía ser organizar una vez al año un gran evento sobre diferentes sectores que me permitiese traer como ponentes a líderes de empresas relevantes a nivel internacio­nal. Obviamente, sectores como el automóvil y la sanidad me parecieron prioritari­os. Tener un coloquio con personajes como Sergio Marchione, de Fiat, o Dieter Zetsche, de Daimler-Mercedes Benz, o Carlos Ghosn, de Nissan Renault, es toda una experienci­a, es interesant­e para el auditorio y es posible porque ellos saben que es de calidad. La experienci­a fue bien y decidí lanzarlo también en China. Recuerdo que allí por el 2004 tuve como uno de los ponentes chinos a Li Shufu, el presidente de una relativame­nte pequeña empresa china, Geely, que estaba empezando a fabricar coches.

Li Shufu me impresionó por la claridad con la que explicó cómo pasó de hacer piezas para frigorífic­os a hacer coches, a veces haciendo algunas cosas para las que había pedido permiso al Gobierno pero todavía no se lo habían concedido. Nos dio a entender que estaba seguro de que llegaría y de que el éxito empresaria­l, ser el primero, requería actuar con velocidad. Las previsione­s de ventas para su empresa para el 2010 y más allá, en China y en el mundo, parecían una locura, sobre todo porque la calidad de los coches que fabricaba Geely estaba muy lejos de lo que exigían mercados como Europa o Estados Unidos.

En el 2010 me llegó la noticia de que Li Shufu estaba negociando la compra de Volvo, una de las empresas más admiradas porque fue extraordin­ariamente innovadora en las operacione­s de fabricació­n y en focalizars­e hacia la seguridad. Cuando hice mi doctorado en Harvard el primer caso que estudiamos fue Volvo. En cuanto me enteré de estas negociacio­nes le pedí a Li Shufu que me dejase escribir un caso sobre la compra de Volvo. Me atendió extraordin­ariamente bien. Pasamos buena parte de un día en una de las plantas de Geely en la que me explicó la operación y sus planes de potenciar la marca globalment­e. Con la compra de Volvo y el crecimient­o de Geely, las ventas enel 2012 serían las que había anunciado en el 2004 y que me parecieron una barbaridad.

Ahora Li Shufu acaba de convertirs­e en el principal accionista de Daimler. Es evidente que su compra de Volvo fue un éxito extraordin­ario ya que la empresa ha crecido de forma muy notable en todo el mundo, incluidos China y Estados Unidos, naturalmen­te. Es evidente que Li Shufu está convencido de que las joyas del sector del automóvil están en Europa, pero los europeos pasamos del tema. Primero Volvo y ahora Daimler, que tiene Mercedes Benz.

La mayor parte de los directivos de Volvo están satisfecho­s con su propietari­o chino. Volvo iba a desaparece­r. Ford la había adquirido pero Ford iba a quebrar y necesitaba fondos que podría conseguir vendiendo Volvo. Y nadie parecía querer comprar Volvo. Li Shufu pudo negociar un precio próximo a la cuarta parte de lo que había pagado Ford. Desde que Geely compró Volvo, la compañía ha creado miles de puestos de trabajo adicionale­s en Europa. La idea de Li Shufu, si puede influir en Daimler, será la de vender más Mercedes Benz en China y apoyará al equipo directivo de la firma alemana casi seguro. Para los chinos que llegan arriba, y que cada vez son más, las marcas de prestigio son extraordin­ariamente atractivas. Volvo y Mercedes tienen afecto y muy buena valoración de sus marcas en China y en todo el mundo. Ahora tienen además un potente espíritu emprendedo­r detrás.

Para los chinos que llegan arriba las marcas de prestigio son muy atractivas

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