Los inventores de la ópera y la pasta
EL novelista y poeta romano Andrea Mucciolo ha escrito que “Italia es un circo sin ni siquiera domadores, sólo payasos”. Mucciolo colecciona aforismos, bastantes de ellos sobre su país, que destilan sarcasmo. Antes había advertido que “Italia es una república televisiva fundada en los titiriteros”. Si antes le sacó de las casillas Berlusconi, en estos momentos el Movimiento 5 Estrellas le pone de los nervios. Más o menos como les ocurre a los dirigentes de la UE, que no entienden cómo la tercera economía de la zona euro después de Alemania y Francia zozobra en cada elección política. Hoy Italia tiene el dudoso honor de ser el primer Estado europeo donde los partidos antisistema (Liga y 5 Estrellas) suman más del 50% de los votos. Este país que alguien definió como un laboratorio político parece estar dirigido por el profesor chiflado. Tampoco hay tanta diferencia entre Beppe Grillo y Jerry Lewis.
Italia ha aportado al mundo la romanización y el Renacimiento, la ópera y la pasta, el diseño y la pizza...Todos somos de alguna manera hijos de su civilización, así que nos duele ver cómo allí donde nació la idea de ciudadanía se instala el populismo. Entre el extremismo xenófobo del norte y el radicalismo indignado del sur, Italia avanza como un paquebote a la deriva. Y, además, con una tripulación que siente desapego hacia la UE, cuando ha sido un elemento de estabilidad y ha permitido el crecimiento sostenido de su economía.
El retroceso del liberalismo y el europeísmo es una mala noticia. Algunos añoran el bipartidismo, que permitió el compromiso histórico entre los democristianos y los comunistas. Hoy la sociedad se ha fragmentado –como en tantos países–, la desafección ha crecido por la crisis y las redes sociales se han convertido en voceros de las soluciones populistas. Habrá que hacer mucha pedagogía, un mejor reparto de la riqueza y una lucha voto a voto en internet si queremos evitar que el sistema se descosa definitivamente.