Huelga de mujeres
Nada es nuevo bajo el sol: lo que puede parecer una innovación –la convocatoria de una huelga de mujeres para mañana, 8 de marzo– ya fue planteado en el siglo V a.C. por Aristófanes en su obra Lisístrata, en que las damas imponen a los hombres un paro en sus relaciones y se atrincheran en la Acrópolis hasta que ellos dejan de guerrear. Entonces el objetivo era la paz; ahora lo es la igualdad. En ambos casos, el método utilizado para lograrlo es la suspensión de las actividades por parte del género femenino.
Si yo fuera mujer, seguramente me uniría a la huelga, pero si además fuese autónoma o no pudiera prescindir del sueldo de la jornada, la apoyaría con más entusiasmo aún de haberse propuesto como un paro parcial de una o dos horas al que se convocara también a los hombres. Pues entiendo que se trata sobre todo de manifestar el desacuerdo con el mantenimiento de la brecha salarial, junto con la oposición a todo tipo de agresiones machistas; algo con lo que, sin necesidad de perjudicar a la economía nacional y personal, muchos estamos también de acuerdo.
PEDRO FEAL VEIRA
A Coruña