Vuelta a lo esencial
La amistad y el sentido de la vida podrían ser los dos grandes temas de Las ocho montañas, con personajes que ven la montaña como su religión, el lugar donde “volver a unos valores esenciales y sencillos que han ido desapareciendo de nuestras vidas, como la amistad profunda entre varones”.
A caballo entre los Alpes, Nueva York, Milán y el Nepal vive Cognetti, para quien, “aunque es absurdo que se paguen 50.000 euros para subir al Everest, hay que respetar que un país pobre intente tener ingresos turísticos”. “Me siento un escritor de cuentos –dice–, escribir consiste para mí en quitar, llenar el silencio de significado, es la analogía del iceberg que hizo Hemingway, para mí la gran masa de hielo de lo no contado es lo importante, dar la sensación al lector de la existencia de un gran mundo subterráneo, yo no soy un escritor de contarlo todo, de la abundancia”.
Su novela puede leerse junto a sus diarios, El muchacho silvestre (Minúscula), que fueron “el documental que luego permitió que escribiera la película de ficción, un ejercicio que me dotó de los instrumentos lingüísticos”. El público barcelonés tendrá ocasión hoy de conocer a Cognetti en un acto en el CCCB (18.30 h).