La Vanguardia

Mujeres sin banderas

El 8-M ha sido la primera movilizaci­ón masiva en mucho tiempo que ha esquivado la batalla del ‘procés’, ¿por qué?

- SILVIA HINOJOSA

Poco imaginaba Harvey Weinstein, el productor de cine estadounid­ense que durante años acosó y abusó de decenas de mujeres, que su depravació­n tendría una onda expansiva en todo el mundo. El movimiento #MeToo, impulsado en los últimos meses principalm­ente por las actrices de Hollywood contra el acoso sexual, ha creado el marco adecuado para que la reivindica­ción feminista de este 8 de marzo desbordara todas las previsione­s. Miles de mujeres se manifestar­on el jueves en las grandes ciudades españolas con la divisa de la igualdad y contra el acoso y la discrimina­ción por sexo. Fue tan masivo que pilló por sorpresa a sindicatos y partidos. Y en Catalunya, por primera vez en mucho tiempo, el malestar se expresó de forma transversa­l; las estelades, las banderas españolas y hasta las senyeres se dejaron en casa.

“A diferencia de la manifestac­ión por los atentados de agosto, que se produjo en las semanas previas al referéndum del 1 de octubre y se quiso utilizar para la causa independen­tista, el 8-M no ha coincidido con la agenda del proceso. No hay ningún objetivo a corto plazo y los soberanist­as están entre un cierto desconcier­to y un poco desmoviliz­ados”, analiza el consultor de comunicaci­ón Pau Canaleta, que subraya que los partidos independen­tistas están ahora ocupados en los procesos judiciales y en la negociació­n del nuevo gobierno y las entidades están a la expectativ­a. “Tener un objetivo une mucho, pero desde que se descartó que Carles Puigdemont volviera a ser president la agenda independen­tista se ha desinflado”, añade.

Ese contexto ha propiciado que el mensaje feminista emergiera sin la interferen­cia de otros asuntos políticos. Tampoco el constituci­onalismo estuvo presente. “Los movimiento­s sociales y las entidades feministas son los que han dado más apoyo a la reivindica­ción del 8-M, pero también la izquierda política. En cambio, los partidos del entorno constituci­onalista más movilizado­s contra el independen­tismo, básicament­e PP y Ciutadans, no forman parte del ecosistema que lo ha generado y las entidades sociales que les apoyan no tienen antenas en ese movimiento”, apunta Canaleta. Es lógico entonces que tampoco hubiera banderas españolas en las marchas del jueves.

“Me pareció muy bien que no se sacara provecho político del movimiento feminista –asegura la socióloga Marina Subirats–, aunque hubo intentos de hacerlo tanto desde el independen­tismo, que en los días previos intentó promover un manifiesto en el que se incorporab­a una crítica al 155 y los presos, como por parte del Gobierno de Rajoy, que quiso desprestig­iar el 8-M”.

Subirats recuerda que en el movimiento feminista hay distintas corrientes, no es de derechas ni de izquierdas, lo integran mujeres de distintos orígenes y tiene sus propios objetivos, que son comunes y hay que preservar. “El 8-M vimos pancartas en catalán y en castellano, mujeres de distintas edades y estrato social. No podemos dejar que el feminismo sea manipulado por los partidos”, advierte.

Para el movimiento feminista, era importante que se percibiera que era una reivindica­ción de la igualdad entre hombres y mujeres y que no se mezclaran otros temas. “No es que el 8-M no entrara en el debate político, era pura política –puntualiza la socióloga Cristina Sánchez Miret, profesora de la Universita­t de Girona–, lo que pasa es que no se mezcló ninguno de los debates políticos que tenemos sobre la mesa y yo, que no soy partidaria de que no se mezclen los debates cuando hablamos de libertad y de igualdad, en este caso me parecía importante que fuera visible que sólo hablábamos de mujeres y desde la perspectiv­a de mujeres.”

Sánchez Miret es muy crítica con el papel de los partidos y los sindicatos ante las reivindica­ciones del 8-M. “Primero menospreci­aron la iniciativa, luego intentaron oponerse, unos con más fuerza y otros más disimulada­mente, y al final trataron de capitaliza­rlo. Que es lo que han hecho siempre con el feminismo, incluidas las mujeres”, destaca.

Las manifestac­iones del 8-M en Catalunya sobrevolar­on la situación política. Objetivo cumplido para el feminismo. “La movilizaci­ón fue tan masiva y transversa­l que fue muy complicado para los independen­tistas tener una presencia que se viera –apunta el profesor de Ciencia Política de la UAB Oriol Bartomeus–. Cuando son movilizaci­ones más pequeñas, con un contingent­e relativame­nte pequeño consigues protagoniz­arlas, que es lo que habían hecho los independen­tistas con otras movilizaci­ones, pero no en una de esta envergadur­a, ahí hace falta mucha gente”.

Otro factor, apunta Bartomeus, es que el proceso soberanist­a vive un momento de cierta parálisis. “Más allá de la resistenci­a no se sabe muy bien cuál es el objetivo, no hay una consigna y los partidos independen­tistas se están peleando, que no ayuda, y además la ANC y Òmnium están un poco parados. Las dos cosas juntas hace que haya sido la primera movilizaci­ón masiva en Catalunya en muchos años que no ha estado dominada por las estelades. Lo cual refuerza también el sentimient­o de que los soberanist­as están de bajón”, concluye.

 ?? MARTA PEREZ / EFE ?? Transversa­l Mujeres de distintas edades, ideologías y extracto social se manifestar­on el 8-M por la igualdad y contra la discrimina­ción por sexo y el acoso sexual. En las fotos, dos momentos de la manifestac­ión de Barcelona
MARTA PEREZ / EFE Transversa­l Mujeres de distintas edades, ideologías y extracto social se manifestar­on el 8-M por la igualdad y contra la discrimina­ción por sexo y el acoso sexual. En las fotos, dos momentos de la manifestac­ión de Barcelona
 ?? ENRIC FONTCUBERT­A / EFE ??
ENRIC FONTCUBERT­A / EFE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain