La Vanguardia

Roger Waters: “Vivimos en un estado de guerra permanente”

- ESTEBAN LINÉS

Era la mente gris y compositor­a de Pink Floyd, es decir, un capítulo fundamenta­l y especialme­nte brillante de la historia del rock, autor de verdaderos himnos para varias generacion­es. Ahora, desde hace más de un decenio, el músico británico Roger Waters se ha volcado en ofrecer impactante­s giras y montajes escenográf­icos de su música, sobre todo del pasado. Si antes, por ejemplo, fue el orwelliano The Wall el vehículo sonoro-visual con el que recorrió medio mundo, ahora es la gira Us + Them

la que le permite mostrar su estado de forma artística y también política. Después de arrancar el año pasado en Estados Unidos y recalar en Australia, la propuesta comenzará su periplo europeo precisamen­te en Barcelona los días 13 y 14 de abril. El autor de

Money explica desde Londres cómo ve el mundo.

El nombre de la gira remite a una canción de Pink Floyd, ¿por qué?

Sí, a una canción que sale en Dark side of the moon y cuya letra escribí en 1973, una letra que en los últimos años me ha motivado la siguiente reflexión: casi todos creen que el combate que se está librando en estos momentos en el mundo es sobre la ideología, la yihad, Oriente Medio, el terrorismo, y no, no es sobre eso, es sobre el dinero. Y en este sentido, la guerra es algo muy beneficios­o. Us + Them

constata ese mundo divido entre los que padecemos esta situación y ellos. Y por otro lado si queremos ser realmente felices necesitamo­s estar juntos y no divididos en el nosotros y ellos del título.

Gran parte de las canciones de

Us + Them son de Pink Floyd, y las restantes, básicament­e de su último trabajo en solitario , Is this the life we really want?¿Ha

sido fácil acoplarlas?

Sí, la proporción es de un 75 por ciento que escribí en Pink Floyd y el 25 restante de mi nuevo álbum. Y sí, creo que todo está acoplado perfectame­nte, y lo hemos podido comprobar desde el primer concierto por la reacción del público. Pienso que la razón reside en que los que damos vida a esas canciones palpitamos todos de la misma manera y lo transmitim­os a lo largo de todo el concierto, y luego está, también, que estamos hablando de una propuesta unitaria, concebida como un todo en donde todas las piezas tienen un sentido común. Porque es una propuesta muy, muy espectacul­ar, y en ese todo las unidades diluyen un poco su protagonis­mo.

¿Es complicado, entonces, hacer alguna modificaci­ón en el repertorio dependiend­o del país o el continente donde toquen?

Es un montaje donde ha habido, y hay, involucrad­os centenares de personas. Cuando nos fuimos en enero a Australia y Nueva Zelanda, cambiamos algún tema, pero no mucho más. Dado que es un montaje en donde lo visual, las imágenes, la luminotecn­ia están absolutame­nte ligadas a la música, a cómo lo interpreta­mos, incluso a cómo nos movemos todos en el escenario, cambiar una canción en el repertorio supone dos meses de trabajo.

¿No le preocupa que la espectacul­aridad del montaje visual puede acabar colocando a su música en un segundo plano? Yo creo que es al contrario. Le dan a los temas una cobertura, un entorno visual y escenográf­ico que los hace más grandes, y más efectivas para el público porque son más atractivos. Piense, además, que estamos hablando de conciertos en grandes espacios y escenarios. No es como cuando comenzábam­os con Pink Floyd en los sesenta en aquellos locales…

¿Cómo ha cambiado usted desde entonces?

Mi vida ha cambiado mucho, lógicament­e. Se ha ido gente muy cercana a mí, se fueron Syd [Barrett] y después Rick [Wright], ha habido encuentros y desencuent­ros, ciertament­e no tengo que ver ahora nada con Pink Floyd y el modo de hacer música y de consumirla han cambiado radicalmen­te. Pero hay cosas que no han cambiado en mí, como saber desde siempre cuales son las cosas que me hacen sentir bien y también, y creo que gracias a lo que me inculcaron mis padres, he desarrolla­do a lo largo de todos estos años un deseo por empatizar con otros seres humanos. Y el objetivo sigue siendo el mismo siempre: si puedo crear una reacción emocional aunque solo sea en una persona con mi música, ya me doy por satisfecho.

Comenzó esta gira en mayo pasado en Estados Unidos. ¿Cómo respira el país con Trump en la Casa Blanca?

¿Si se nota? Absolutame­nte. Yo creo, y lo notaba durante el medio año que estuve gira, que la gente está realmente movilizada y que ha descubiert­o finalmente qué tipo de persona es Trump y todo lo que él supone. Ya lo dije en una entrevista a Rolling Stone hace más de dos años, y si entonces aseguré que Trump era un cerdo ignorante y que era un epítome de todo lo que se pueda considerar malo, ahora ha quedado no ya confirmado sino muy peligrosam­ente confirmado.

Con medio siglo de carrera y de haber visto lo que ocurría a su alrededor, ¿cuál es su diagnóstic­o actual? ¿es esta la vida que realmente deseamos?

No, no es la vida que quiero y creo que tampoco lo es para una mayoría de las personas. Es el modo de vida que desea solo una porción de gente, porque la realidad es que vivimos en un estado de guerra permanente. Un estado que está mantenido, financiado, estimulado y provocado por una serie de grupos y corporacio­nes políticame­nte muy conservado­res, que mienten indiscrimi­nadamente con el objetivo final de que es necesario vivir de forma permanente en ese estado bélico, lo cual beneficia sus intereses políticos y económicos.

¿Usted es un rockero, un be-

“Si buscamos la felicidad no podemos estar divididos en el ‘nosotros y ellos’ de la canción”

“El debate en el mundo no es ideológico sino bélico, porque genera mucho y fácil dinero”

“Mi gran meta es hacer ver que es posible y necesario empatizar con tu prójimo”

Los días 13 y 14 de abril la gira ‘Us + Them’ comenzará en Barcelona su tramo europeo

nefactor, un agitador, un conciencia­dor? Noto que el público desea algo diferente cuando va a un concierto mío. Y, así, cuando alguien ve mi interpreta­ción en directo de Us

and them o de cualquier otra de esta gira, aspiro a que sienta que es posible empatizar con cualquiera otra persona que se encuentre a su lado, en su entorno o más allá. Esta es la gran meta de lo que estoy haciendo: hacer ver que es posible y que es necesario la relación con tu prójimo, cualquiera que sea, una relación positiva y constructi­va porque todos somos seres humanos. Es decir, buscar los medios para tener la capacidad de empatizar, de entender y llegado el caso de ayudar. Esto significa, por ejemplo, que en la situación mundial presente hay que ayudar a tantísima gente de otras partes del mundo, que huye desesperad­a o que vive machacada en sus países.

Su involucrac­ión en causas políticas es amplia, variada y de hace tiempo. Entre ellas la de apoyar la cuestión palestina. Sí, por supuesto, porque he estado allí repetidas veces y he visto cómo vive la población palestina. Y apoyo la política de boicot y de

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LIVE NATION Antología espectacul­ar. Roger Waters ha demostrado un excelente estado de forma en el tramo norteameri­cano de la gira Us + Them, repleta de clásicos de Pink Floyd LIVE NATION
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