Vargas Llosa y su tía Julia, pasión de libro

“La historia de Vargas Llosa y su tía Julia Urquidi es quizá el mejor ejemplo sobre las diversas etapas que viven dos enamorados cuando la mujer es mayor que el hombre: desde las reticencias de ella a la secreta convicción de él acerca de la brevedad de la historia”, escribe en el libro Dolores Conquero. Urquidi y Vargas Llosa se conocieron en Lima, donde ella llegó desde Bolivia tras su primer divorcio. El hoy escritor era un estudiante de Derecho de 19 años que vivía con sus abuelos y toda una tribu de tíos y primos. Julia (29 años), hermana de la mujer de su tío Luís Llosa, lo recordaba cuando era un crío consentido y malcriado. Aun así, empezaron una relación a escondidas de todos y él no paró hasta que Urquidi consintió en el matrimonio. Se casaron en secreto en 1955. Pese al inicial revuelo familiar, el matrimonio duró ocho años. Vargas Llosa noveló los comienzos de este amor en La tía Julia y el escribidor y en sus memorias El pez en el agua. A esta versión de los hechos respondió Urquidi con Lo que Varguitas no dijo, que relata cómo fue interponiéndose entre ellos una joven de 15 años, Patricia Llosa Urquidi, prima carnal de Vargas Llosa y, a su vez, sobrina de Julia. Oficialmente, el novelista y su prima Patricia estuvieron casados 50 años, pero él siempre fue un hombre sentimentalmente inquieto. Permanecieron casados, hasta que en 2015, el escritor dio la campanada apareciendo junto a Isabel Preysler. En una de sus pocas entrevistas a principios de la década pasada Julia Urquidi afirmó: “Yo lo hice a él. El talento era de Mario, pero el sacrificio fue mío. Sin mi ayuda no hubiera sido escritor. Copiar sus borradores, obligarlo a que se sentara a escribir. Bueno, fue algo mutuo, los dos nos necesitábamos”.