‘Low cost & low salary’
Amazon, Airbnb, Uber, Google, Facebook... no producen nada: ni coches ni hoteles ni contenidos y, sin embargo, hoy valen más en bolsa que la General Motors, los hoteles Marriott o todos los grupos de comunicación y grandes almacenes juntos. Pagan sueldos enormes a un puñado de ingenieros y hacen que se reduzca el de millones de pequeños empresarios, periodistas, comerciantes y profesionales que constituían una clase media estable. Esos nuevos perdedores protestan contra ese futuro low cost, pero también low salary, radicalizando su voto por la derecha en países ricos y por la izquierda en los pobres. La tecnología no es buena ni mala; sus efectos, sí. Pero dependen de decisiones políticas.