Colau busca apoyo para el tranvía de Glòries a Verdaguer
BComú busca in extremis un pacto con ERC y PSC para salvar el proyecto y presenta una propuesta de protocolo con la ATM
El próximo día 23 los grupos municipales deberán pronunciarse en el pleno municipal sobre la conexión de las dos líneas de tranvía por la Diagonal. El equipo de gobierno de Ada Colau se resiste a perder esta batalla y ha hecho una última propuesta, que rebaja mucho sus expectativas, para salvar esta infraestructura y conseguir el sí de ERC y del PSC. La propuesta de protocolo con la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) que se discutirá mañana en la comisión de Urbanismo limita la prolongación del Trambesòs entre las plazas de las Glòries y Verdaguer.
El líder del PSC, Jaume Collboni, anunció ayer que votará a favor de empezar por este tramo. Sin embargo, la iniciativa está a expensas de ERC, que mantiene su negativa a este proyecto, no a la unión del tranvía, y es probable que mañana haga reserva de voto. Los republicanos son determinantes para sacar adelante la conexión. Sin ellos, y a pesar del sí del concejal no adscrito, Gerard Ardanuy, los números no le salen al equipo de gobierno.
La teniente de alcalde Janet Sanz presentó ayer la iniciativa después de explicar que el proyecto está más que estudiado y de agradecer a todos los grupos sus aportaciones. Nadie puede dudar de esta afirmación. A los estudios que se realizaron durante el mandato de Jordi Hereu para encarar la consulta fallida se suman ahora los informes presentados en la comisión técnica, que ha durado un año, y con los que se ha intentado convencer a los diferentes grupos sin mucho éxito.
La propuesta de protocolo incorpora, como ayer dijo el encargado de la dirección estratégica de la unión del tranvía, Pere Macias, peticiones literales realizadas por los republicanos. A pesar de los cantos de sirena lanzados desde hace días y de la presión ejercida por el equipo de gobierno, ERC mantiene sus dudas sobre la futura gestión de la infraestructura. El rescate de la concesión supondría pagar a la empresa Tram entre 200 y 400 millones, algo que por su coste está descartado hasta que finalice el contrato en el 2032. Mientras llega ese momento y si sale adelante la prolongación de la línea del Besòs, el Consistorio quiere ampliar la presencia pública en la empresa mixta concesionaria. De hecho, la administración local asumiría el coste de las obras en el espacio público y también de la red ferroviaria, que debería financiar la ATM, ya que el Ayuntamiento se aviene a avanzar el dinero. En un convenio posterior se establecería la titularidad pública del tramo y se decidiría cómo la Autoritat devolvería al Consistorio esta inversión.
También se pretende ajustar la tarifa técnica prevista en el contrato actual para compensar la inversión pública y el incremento de la demanda que supondrá la ampliación de la línea. Sanz aseguró ayer que aún no tienen una cifra concreta, pero el número de usuarios podría crecer un 30%. Además, el equipo de gobierno quiere garantizar que las mejoras de rentabilidad que suponen la ampliación de la línea recaigan en el sector público, tal y como reclamaban los republicanos.
En un intento de sumar a Esquerra a la iniciativa, o al menos lograr su abstención, Sanz apeló a la responsabilidad de ERC, que incorporó la unión de las líneas en su programa electoral. “No me imagino a Alfred Bosch votando lo mismo que el PP. No me lo imagino porque con el señor Bosch trabajamos con la voluntad de mejorar el área metropolitana y el tranvía es una oportunidad”, dijo la teniente de alcalde.
La primera fase de la conexión –ayer no quedó claro un calendario para futuras fases– prevé una estación intermodal bajo una pérgola fotovoltaica en la plaza de las Glòries, que el tranvía discurra por Castillejos hasta llegar a la avenida Diagonal y luego a la plaza Verdaguer. El protocolo refiere, además, que entre Verdaguer y la calle Girona se hará una urbanización provisional en previsión de la futura conexión y se llevarán a cabo obras en este tramo para mejorar un colector.
Los republicanos mantienen sus dudas a la unión de líneas, y los socialistas anuncian que votarán a favor