El partido de Uribe gana las elecciones en una Colombia sin las FARC
Los primeros comicios en Colombia sin la existencia de las FARC clarificaron el mapa político y dejaron cuatro claves de cara a las presidenciales del 27 de mayo: la antigua guerrilla no pinta casi nada; el expresidente conservador Álvaro Uribe sigue siendo el líder más valorado; el candidato uribista a la presidencia, Iván Duque, se perfila como favorito para ganar una segunda vuelta ante el izquierdista Gustavo Petro; y el país no está, aún, tan polarizado como parecía. Todo esto tras las elecciones legislativas y primarias del domingo.
El partido fundado por la extinta guerrilla con sus mismas siglas, Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), tendrá cinco diputados y cinco senadores, pero no por haberlos ganado el domingo, sino porque así se estableció en los acuerdos de paz de La Habana, para las dos próximas legislaturas. Este es uno de los puntos más controvertidos de los acuerdos, y más tras constatar que FARC cuenta con un apoyo real anecdótico: 30.643 votos para el Congreso (0,22%) y 49.170 votos para el Senado (0,34%).
Con listas abiertas, Uribe fue el senador electo más votado, al igual que su partido, Centro Democrático (CD), lo fue en ambas cámaras. El expresidente (2002-2010), muy crítico con los acuerdos de paz y de los que pide su profunda revisión, no puede ser nuevamente candidato presidencial porque la reelección fue derogada. No obstante, el candidato uribista, Iván Duque, abogado y senador del CD de 41 años, se perfila como el mejor posicionado para sustituir al presidente Juan Manuel Santos. Como vaticinaban las encuestas, Duque se impuso el domingo en las primarias que realizaron dos coaliciones para elegir a su presidenciable y superó los cuatro millones de votos, una cifra muy elevada teniendo en cuenta que se trataba de una elección partidista y que, por ejemplo, Santos sólo obtuvo 3,3 millones de votos cuando quedó segundo en la primera vuelta del 2014, aunque luego ganaría la reelección al candidato uribista.
A pesar de ser un hombre de Uribe, Duque es visto como la opción menos derechista en relación a los rivales que batió el domingo, la exministra Marta Lucía Ramírez y el exfiscal general ultraconservador Alejandro Ordóñez. Entre los tres consiguieron casi seis millones de votos, que ahora deberían revertir en Duque, al frente de una coalición de derechas apoyada también por el expresidente Andrés Pastrana (1998-2002).
Por su parte, Gustavo Petro, exalcalde de Bogotá y exguerrillero del M-19 de 57 años, alcanzó casi tres millones de votos en la primaria de una coalición izquierdista donde votaron 3,3 millones de simpatizantes y se presume como el rival de Duque en una segunda vuelta que estaría polarizada. Sin embargo, las legislativas demostraron que el arco político está muy fraccionado. El partido más votado, CD, sólo obtuvo el 16% de los votos de un Parlamento escorado a la derecha pero donde también hay varias opciones centristas. Por tanto, el legislativo y las alianzas que allí se establezcan serán clave para que el próximo presidente pueda impulsar su proyecto, pero antes los votantes centristas serán cruciales en una probable segunda vuelta presidencial.
Por otra parte, Santos anunció ayer que ha decidido retomar las negociaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que se desarrollan en Quito, después de que el presidente las suspendiera el 10 de enero tras una oleada de atentados de la única guerrilla que ya queda activa en Colombia. El ELN había decretado una tregua para el pasado fin de semana, coincidiendo con las legislativas.
La antigua guerrilla obtiene un resultado anecdótico en los comicios legislativos del domingo