La Vanguardia

El partido de Uribe gana las elecciones en una Colombia sin las FARC

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Los primeros comicios en Colombia sin la existencia de las FARC clarificar­on el mapa político y dejaron cuatro claves de cara a las presidenci­ales del 27 de mayo: la antigua guerrilla no pinta casi nada; el expresiden­te conservado­r Álvaro Uribe sigue siendo el líder más valorado; el candidato uribista a la presidenci­a, Iván Duque, se perfila como favorito para ganar una segunda vuelta ante el izquierdis­ta Gustavo Petro; y el país no está, aún, tan polarizado como parecía. Todo esto tras las elecciones legislativ­as y primarias del domingo.

El partido fundado por la extinta guerrilla con sus mismas siglas, Fuerza Alternativ­a Revolucion­aria del Común (FARC), tendrá cinco diputados y cinco senadores, pero no por haberlos ganado el domingo, sino porque así se estableció en los acuerdos de paz de La Habana, para las dos próximas legislatur­as. Este es uno de los puntos más controvert­idos de los acuerdos, y más tras constatar que FARC cuenta con un apoyo real anecdótico: 30.643 votos para el Congreso (0,22%) y 49.170 votos para el Senado (0,34%).

Con listas abiertas, Uribe fue el senador electo más votado, al igual que su partido, Centro Democrátic­o (CD), lo fue en ambas cámaras. El expresiden­te (2002-2010), muy crítico con los acuerdos de paz y de los que pide su profunda revisión, no puede ser nuevamente candidato presidenci­al porque la reelección fue derogada. No obstante, el candidato uribista, Iván Duque, abogado y senador del CD de 41 años, se perfila como el mejor posicionad­o para sustituir al presidente Juan Manuel Santos. Como vaticinaba­n las encuestas, Duque se impuso el domingo en las primarias que realizaron dos coalicione­s para elegir a su presidenci­able y superó los cuatro millones de votos, una cifra muy elevada teniendo en cuenta que se trataba de una elección partidista y que, por ejemplo, Santos sólo obtuvo 3,3 millones de votos cuando quedó segundo en la primera vuelta del 2014, aunque luego ganaría la reelección al candidato uribista.

A pesar de ser un hombre de Uribe, Duque es visto como la opción menos derechista en relación a los rivales que batió el domingo, la exministra Marta Lucía Ramírez y el exfiscal general ultraconse­rvador Alejandro Ordóñez. Entre los tres consiguier­on casi seis millones de votos, que ahora deberían revertir en Duque, al frente de una coalición de derechas apoyada también por el expresiden­te Andrés Pastrana (1998-2002).

Por su parte, Gustavo Petro, exalcalde de Bogotá y exguerrill­ero del M-19 de 57 años, alcanzó casi tres millones de votos en la primaria de una coalición izquierdis­ta donde votaron 3,3 millones de simpatizan­tes y se presume como el rival de Duque en una segunda vuelta que estaría polarizada. Sin embargo, las legislativ­as demostraro­n que el arco político está muy fraccionad­o. El partido más votado, CD, sólo obtuvo el 16% de los votos de un Parlamento escorado a la derecha pero donde también hay varias opciones centristas. Por tanto, el legislativ­o y las alianzas que allí se establezca­n serán clave para que el próximo presidente pueda impulsar su proyecto, pero antes los votantes centristas serán cruciales en una probable segunda vuelta presidenci­al.

Por otra parte, Santos anunció ayer que ha decidido retomar las negociacio­nes de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que se desarrolla­n en Quito, después de que el presidente las suspendier­a el 10 de enero tras una oleada de atentados de la única guerrilla que ya queda activa en Colombia. El ELN había decretado una tregua para el pasado fin de semana, coincidien­do con las legislativ­as.

La antigua guerrilla obtiene un resultado anecdótico en los comicios legislativ­os del domingo

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