La Vanguardia

Esperando a los bárbaros

- Fèlix Riera F. RIERA, editor

El poeta griego Kavafis inicia con estos versos su poema más conocido Esperando a los bárbaros: “¿A qué esperamos congregado­s en la plaza ? / Es que hoy llegan los bárbaros”. Los dos primeros versos abren el sendero de un poema en el que el lector podrá apreciar hasta qué punto existen comunidade­s, colectivos o corrientes políticas que han nacido para invocar la llegada de los Bárbaros, el temido enemigo, para poner en marcha su proyecto político o social. Lo vemos constantem­ente en la retórica de Putin, Trump, Berlusconi o Salvini. Todos ellos azuzan a los ciudadanos a dejar sus tareas, se aprovechan de la democracia para subvertir sus valores, con la amenaza de que vienen los bárbaros; bárbaros en forma de inmigrante­s, contrincan­tes políticos, intelectua­les, ciudadanos que se movilizan a favor de la máxima de que para tener una causa hay que buscar un enemigo. Utilizan el miedo a la inminente entrada de los bárbaros para obligar a los que disienten a dejar de disentir “porque hoy llegan los bárbaros, / y la elocuencia y arengas les aburren”. La crítica a la política de este poema no debe centrarse en evocar sólo a sus principale­s artífices internacio­nales, sino que debemos preguntarn­os si no ha empezado a crecer esta misma doctrina política en Catalunya y España.

Da la impresión de que, tras haber construido durante más de cuarenta años un ágora política donde disentir y construir un futuro común, ahora resulta más útil destruirla y señalar al otro como bárbaro y no como al vecino con el que hemos crecido. La situación en la que nos encontramo­s sin gobierno, a merced de los procesos judiciales, con una escalada de descalific­aciones entre unos y otros que aumenta sin cesar debería ser suficiente para tomar seriamente la constataci­ón de que en los últimos años se ha preparado a la sociedad para que tema a los otros y los vea como bárbaros que quieren cambiar sus costumbres y acabar con sus anhelos. Dentro de pocos meses, tal vez deberán pasar unos años, se llegará a la conclusión de que nunca existieron realmente los bárbaros y que lo que realmente ocurrió es que, para algunos, era imprescind­ible crear la ilusión de su existencia para apuntalar su cerrada visión política.

La última estrofa arroja aún más luz sobre la sociedad que están construyen­do para someter a los ciudadanos: “Y ahora ya sin bárbaros ¿Qué será de nosotros? / Esos hombres eran una cierta solución”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain