“Ha llegado vuestra hora”
Los radicales del Hamburgo, histórico equipo de la Bundesliga alemana en puestos de descenso, plantaron una docena de cruces funerarias en el campo de entrenamiento después del 6-0 encajado ante el líder Bayern. Dejaron una leyenda a los jugadores: “Ha llegado vuestra hora. No os podéis escapar”.
El presidente del PAOK Salónica griego bajó al terreno de juego el pasado domingo con un arma que enseñó al árbitro tras anular un gol a su equipo en el descuento por fuera de juego. El 25 de febrero ya se suspendió el encuentro PAOK-Olympiacos al ser agredido el técnico visitante Óscar García, exjugador y entrenador en el FC Barcelona.
Los aficionados del West Ham inglés saltaron al campo en varias ocasiones tras perder 0-3 con el Burnley. “Echen a la junta directiva”, clamaron contra los propietarios que debieron abandonar el estadio antes de que concluyera el encuentro. También parte del público del Lille francés, del que es consejero delegado el exdirectivo blaugrana Marc Ingla, saltó al césped y propinó patadas a algunos de los jugadores. Todo sucedió prácticamente en un mismo fin de semana. No hace mucho se supo también que el encuentro Athletic-Spartak, en el que falleció un ertzaina, no había sido declarado partido de alto riesgo.
Resulta evidente que existe un aumento de la radicalización en el fútbol, como puede verse en los ejemplos citados. Este juego es también el reflejo de la propia sociedad y conforme esta se muestra más intransigente, el fútbol padece asimismo las conductas radicales que se pueden ver que afectan al mundo y a la vieja Europa. No son dos caminos
Proliferan las conductas radicales en el fútbol, que también es el reflejo de una sociedad más intransigente
paralelos. Se entrecruzan. Si la sociedad se torna más tolerante, el fútbol lo nota. Si se radicaliza, también. Hay expertos que apuntan que se producen pocos incidentes para la cantidad de personas que mueven los eventos deportivos, con masas apasionadas en las gradas. Y también quien advierte que últimamente se había rebajado la vigilancia, después de una época en la que se había luchado por erradicar del mundo del deporte y en especial del fútbol las conductas radicales, los insultos y la violencia.
Cuando se han incentivado las campañas para prevenir, con un nivel muy alto de concienciación, se ha mejorado. Tal vez ha llegado la hora de reproducirlas e incentivar la atención. De momento, en el mundo local, la Federació Catalana de Futbol ha planteado una iniciativa interesante: crear en cada club la figura de un responsable de los aficionados, al igual que hay un delegado del equipo y uno de campo. Es una buena idea.