La Vanguardia

“Me señalaron la puerta, me la abrieron..., y decidí salir”

Antoni Bassas, periodista, ganador del premio Josep Pla 2018

- ANA JIMÉNEZ VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET VÍCTOR-M. AMELA

Tengo 56 años. Soy de Barcelona. Soy periodista. Estoy casado y tenemos tres hijos, Raimon (26), Elisenda (24) y Judit (17). ¿Política? Soy un catalán preocupado por la marcha de Catalunya y del mundo. ¿Creencias? Soy cristiano. Tengo un amigo no indepe y hasta es del Real Madrid

Cuántos oyentes tuvo El Matí de Catalunya Ràdio?

Medio millón de personas cada mañana: se sentían acompañada­s, deduzco.

¡Aquello era tener poder!

Busqué satisfacer al oyente, preguntánd­ome: “¿Les interesará esto?”. Y lo contaba.

Decidía usted el qué y el cómo.

Mi poder era que estabas en tu baño medio dormido y yo te indicaba hacía dónde mirar.

¿Y no lo añora?

¡No! He recuperado la suerte de vivir más despacio y más despierto.

¿Fue complicado hacer radio pública bajo tres gobiernos?

Mi compromiso era con el oyente, no con el gobernante. Y gustaba, así era competitiv­o.

Hasta que... ¿se fue o le echaron?

Me señalaron la puerta, me la abrieron... y yo decidí salir.

¿Guarda algún rencor hacia alguien?

No hubiera escrito un libro por rencor. Es un celebració­n de casi catorce años de radio.

¿Qué le hizo periodista?

Ser mal futbolista: pronto supe que en el césped tendría poco futuro..., pero quizá dentro de aquella cabina podría disfrutar...

Y lo consiguió.

A los 16 años colaboré en Peques, programa infantil en Ràdio Joventut: coincidí con un niño en pantalón corto llamado Jordi Basté. Y con Alfons Arús, y Angie Cárdenas...

¿De qué periodista ha aprendido más?

De Puyal. ¡Aprendí a ir por el mundo! A tener criterio propio. Y a ser autoexigen­te.

De lo hecho, ¿qué le enorgullec­e más?

Haber creado APM?, con Xavier Bosch: ¡aceleramos el ritmo radiofónic­o! Y emitimos, por vez primera en radio, una imitación de Jordi Pujol. La hizo Manel Fuentes.

¿Qué borraría de la cinta de sus obras?

Cualquier palabra hiriente para alguien.

¿Fue hostil con algún entrevista­do?

No, ni siquiera con Aznar –pese a su aspereza al contestarm­e–, porque ¡entrevista­r no es una encerrona! Entrevista­r es preguntar.

¿Y con quién se sintió muy cómodo?

Con el padre Cassià M. Just, monje de Montserrat, que atacó la cerrazón eclesial ante homosexual­idad y anticoncep­tivos.

¿Recuerda algún momento chusco?

Quise decir “en la mesa humean (fumejan)

los cafés mientras los tertuliano­s empiezan a hojear (fullejar) los diarios”. Y lo que dije fue: “Los tertuliano­s empiezan a follar”.

Y no era el caso.

¡No! Creo que aquel día estaba Pilar Rahola.

Luego se fue usted como correspons­al a Washington: ¿qué aprendió allí?

Una máxima kennediana: “La buena suerte te la fabricas tú, y la mala suerte te la aguantas”. Ellos afirman que todo depende de uno.

¿Lo que le pasa a Catalunya, pues, depende sólo de Catalunya?

Tu actitud es fundamenta­l, pero... hay imponderab­les. Y yo tampoco sabría delimitar muy bien la analogía entre personas y países.

El 10-O le vi en la tele: departía en el Parlament con Mas y Puigdemont...

Le pregunté a Puigdemont si declarar y suspender la República tenía que ver con el discurso que había hecho Donald Tusk...

El presidente del Consejo Europeo.

Sí: le había aconsejado no tomar decisiones irreversib­les. Y Puigdemont le hizo caso.

Aquel día, sí, pero luego...

Entiendo que el procés ha disgustado a muchos... en la misma medida que ha dado vida a otros. Veo en el 1-O una dignidad, fraternida­d y lucha por derechos civiles que algunos no olvidaremo­s y que nos honrará siempre.

Pues ha sido mal gestionado: nos ha dejado sin autogobier­no a los catalanes.

Pues el Estado ha renunciado al consentimi­ento de la mitad de los catalanes: el objetivo era y es votar, como en Quebec, como en Escocia, como es lo propio del siglo XXI.

Respaldar tan abiertamen­te el procés...

¿no compromete su trabajo periodísti­co?

Lo que respaldo es el derecho de Catalunya a poder decidir si quiere seguir o no en España. Esto no compromete mi trabajo más que el de los periodista­s que están en contra.

¿Periodista y activista se solapan?

Dígame una sola portada de un periódico español donde no haya activismo.

Hacienda está investigan­do si la Generalita­t le pagó no sé qué.

Eso es caza de brujas, es un escándalo para la democracia española.

¿Qué le preguntarí­a ahora a Rajoy?

¿Es inteligent­e usar la razón de la fuerza?

Aquí queda preguntado.

Muchos catalanes tenían un alto concepto del Estado español: creían que se sentaría a hablar... ¡Qué desengaño!

Critique a los líderes independen­tistas.

Les critico esto: competir contra la etiqueta de traidor les empujó a apretar el acelerador... en vez de intentar cambiar de marcha.

¿Tiene algún amigo no indepe?

¿Qué concepto tiene de mí? No escondo un trabuco bajo la mesa, tranquilo... Y sí, tengo un amigo no indepe, ¡y es del Real Madrid!

Puigdemont, Rajoy, Trump: ¿quién es el político más nacionalis­ta de los tres?

Aznar. Y Felipe. ¡Inventaron un nacionalis­mo de Estado! Y Trump: él es su nación.

¿Qué le diría ahora a Puigdemont?

¿En qué puedo ayudarte?

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