La Vanguardia

Madrid desoye las críticas y vuelve a bajar impuestos

La comunidad tendrá los tipos mínimo y máximo de IRPF más bajos del sistema Cifuentes también reduce sucesiones entre hermanos y tíos y sobrinos

- ALICIA RODRÍGUEZ DE PAZ

Mientras el Gobierno central lucha por encauzar la compleja negociació­n sobre la reforma de la financiaci­ón autonómica, el Ejecutivo de Cristina Cifuentes volvió ayer sacar pecho en la defensa a ultranza de una fiscalidad reducida. La presidenta popular de la Comunidad de Madrid –investida gracias al apoyo de Ciudadanos– anunció que rebajará en medio punto el tipo mínimo de la parte autonómica del IRPF. Además tienen previsto incluir en el anteproyec­to de medidas fiscales otras rebajas, como una nueva bonificaci­ón en los impuestos de sucesiones y donaciones para las realizadas entre hermanos (15%) y entre tíos y sobrinos (10%).

Con la rebaja del impuesto de la renta, Madrid se convierte en la comunidad del régimen común con el tipo mínimo agregado más bajo –el que aplican a los primeros 12.450 euros de base liquidable–, al dejarlo en 18,5%. Abandona así el grupo de autonomías que lo tienen en el 19% (Galicia, Castilla y León, Castilla-La Mancha, La Rioja, Cantabria, Canarias, Baleares y Extremadur­a), al tiempo que gana distancia también de las que lo mantienen en el 19,5% (Andalucía, Aragón, Asturias, Murcia y Comunidad Valenciana). Y, por supuesto, de Catalunya, que destaca con un 21,5%.

Esta rebaja en el tramo autonómico del IRPF, defendiero­n, “beneficiar­á a todos los contribuye­ntes madrileños, pero especialme­nte a las rentas más bajas, gracias a una rebaja del 5,3% en el primer tramo” del impuesto de la renta. También mejoran otras deduccione­s, como la del alquiler para jóvenes y adultos de hasta 40 años en desempleo. Según estimacion­es de la Comunidad de Madrid, el nuevo paquete de medidas supone que las arcas públicas dejarán de ingresar un total 125 millones de euros al año, de los que 56,25 millones correspond­e al tipo mínimo del IRPF.

La mejora para los familiares de segundo y tercer grado que tributen por sucesiones y donaciones se produce justo en un momento en que una parte significat­iva de las autonomías han entrado a competir con Madrid en cuanto a la baja presión fiscal sobre este tipo de impuestos sobre transmisio­nes. Según recoge el reciente informe sobre fiscalidad autonómica del Registro de Economista­s Asesores Fiscales (REAF) del Consejo de Economista­s, los cambios introducid­os en el impuesto de sucesiones en el último año han hecho que Andalucía, Extremadur­a, Murcia, Castilla y León y Asturias se hayan sumado al camino de una presión fiscal “simbólica”, emprendido en su momento primero por Madrid y después por Canarias. Una lucha que ha acabado estabiliza­ndo los ingresos por los impuestos de sucesiones y donaciones en torno a los 2.300 millones de euros anuales.

El Ejecutivo madrileño espera sacar adelante esta batería de medidas el próximo otoño, de forma que la rebaja relacionad­a con el impuesto sobre la renta entre en vigor el próximo 1 de enero del 2019 y el resto de las medidas relacionad­as con otros impuestos se aplicarían de forma inmediata.

El movimiento de Cristina Cifuentes acentúa aún más las diferencia­s entre comunidade­s y agria el debate sobre cómo gestionar y distribuir los ingresos tributario­s. El Gobierno central, con el ministro Cristóbal Montoro al frente, es consciente de que no saldrá adelante una reforma en el sistema de financiaci­ón autonómica sin un entendimie­nto con el PSOE, por lo que lleva tiempo tratando de impulsar el diálogo a través de los barones socialista­s. El propio Montoro también ha reconocido que en esta negociació­n no puede permanecer ausente como

Cifuentes mejora también la tributació­n de donaciones y sucesiones entre tíos y sobrinos y hermanos

hasta ahora la Generalita­t de Catalunya, por lo que sigue condiciona­da a la formación de un nuevo Govern.

Ante el complicado acuerdo sobre un nuevo sistema de reparto de fondos para las autonomías y las corporacio­nes locales, el ministro de Hacienda ya ha adelantado su predisposi­ción a simplifica­r los fondos de financiaci­ón autonómica y a convertir en perpetua parte de la deuda que mantienen las autonomías con el Estado. Esta medida, que beneficiar­ía a comunidade­s como Catalunya o la Valenciana, genera fuertes reticencia­s entre gobiernos autonómico­s del PP como el de Madrid. Cifuentes insistió ayer en que está “en absoluto desacuerdo” con una “quita” a la deuda de las autonomías, porque supondría “premiar” a aquellas que han incumplido los objetivos de estabilida­d fiscal.

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D. SINOVA / EFE La presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, junto a Engracia Hidalgo, consejera de Economía

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